La visión de las mujeres sobre su realidad laboral y en qué momento del camino hacia la igualdad se encuentra A Coruña tiene un curioso contrapunto en la visión de sus compañeros. Algunos de los cargos directivos en el sector de la hostelería, el ocio nocturno o el comercio son hombres, lo que no impide que ellos tengan una visión muchas veces crítica, o autocrítica, con lo que un día fue la realidad.
Así, el presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa, José Luis Boado, apunta que “las mujeres son las grandes emprendedoras de ahora". "La mayor parte de los comercios que hay son de mujeres. Son comerciantes de éxito, con tacto y gusto, y no sólo en comestibles y ropa, sino en tiendas de cualquier tipo. Son emprendedoras a nivel impresionante”, añade.
El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, cree que la ciudad está en el camino correcto hacia erradicar cualquier tipo de desigualdad, ya sea en la contratación o la atribución de roles. “Al sector le da exactamente igual que sean hombres o mujeres sus trabajadores. Nos vale lo mismo un cocinero o una cocinera”, expone. “Los hombres no tenían acceso a las cocinas y ahora mismo estamos al cincuenta por ciento, igual que en las salas. Y por supuesto no hay ninguna diferencia salarial”, amplía.
Por su parte, el ocio nocturno sí detecta todavía cierto tipo de comportamientos censurables. Es ahí donde a la hora de denunciarlos comienza la petición de anonimato por parte de los encuestados. Un empresario de la noche con varias décadas a sus espaldas indica: “Antes recuerdo anuncios muy explícitos, ahora es impensable, pero en el sector nocturno sigue habiendo tendencia a contratar chicas, aunque entre ellas son más complejas. En A Coruña no lo hay, pero si vas a Ibiza o Valencia sigue habiendo el concepto de gogós o espectáculos sexualizados”. Por su parte, un colega suyo de la etapa dorada del Orzán apostilla: “La gente de la hostelería siempre ha preferido mujeres, porque en una barra los que consumen son más bien hombres. La hostelería está sexualizada y todavía no ha cambiado. La sociedad en general es hipócrita y los cambios políticos van rápido, pero el machismo en la sociedad está demasiado arraigado. He tenido que cortar a muchos babosos. Cuando la gente está muy borracha y colocada, el que es baboso lo es diez veces más. Aún hay gente a la que tenemos que sacar por los pelos”.