Si usted pregunta en alguna librería por ‘A Coruña eterna’ le dirán que está agotado. En efecto, no hay forma de encontrar el libro que permite disfrutar de recreaciones virtuales de la evolución de la ciudad desde el Paleolítico hasta la época romana, y siempre comparadas con las vistas contemporáneas. La publicación, que tiene varios autores, fue promovida por Galaicos Visual, al frente de la cual se encuentra Enrique Cabarcos. Antes que nada, damos una buena nueva: habrá reedición.

‘A Coruña eterna’ se presentó en febrero del año pasado. Pero ya es imposible de encontrar. ¿Qué ha ocurrido?
El libro formaba parte de un crowfunding. Era una tirada de 300, pero al final decidimos irnos a los 500. La mayoría era para que la gente que aportó, que participó de ese proceso de micromecenazgo. El resto se envió a siete u ocho librerías seleccionadas. Fue bien, está agotado y estamos tratando de sacar la segunda edición. Está claro que el pasado de la ciudad tiene su público.

¿Tendrá las mismas características?
Había gente que se quejaba y decía que era un poco caro. Salió a 34 euros. Metimos más material del que teníamos pensando en un principio, muchas más imágenes. Nos fuimos a 92 páginas, y no a las 50 y pico previstas. Así que ahora tenemos pensado publicar una reedición de  ‘A Coruña eterna’. Queremos sacar una en rústica, más barata, y otra en cartoné, como la primera.

¿Cómo empezó este proceso?
Fue un trabajo muy laborioso. Todo empezó con una serie que hicimos a comienzos de los años 90 sobre la Torre de Hércules antigua, donde se veía el faro y la península. Yo al ver el resultado pensé: ‘Está muy bien, pero lo bueno sería pasear por aquí’. No había tecnología entonces para eso. A la mínima que la hubo, dijimos ‘bueno, vamos a hacer la península en tres dimensiones’, lo que te permitía recorrer el territorio. Y en esto un miembro del equipo propuso ampliar la zona de actuación: ‘¿Por qué os vais a quedar en la península?’. Y decidimos ser más ambiciosos: toda la ciudad.

Lo nunca visto.
El problema de fondo es que cada equipo que hace una reconstrucción de arqueología lo hace dando prioridad absoluta al monumento, pero a nosotros nos parecía interesante aportar un sistema escalable de su relación con el paisaje y determinar la propia historia del territorio desde donde hay datos que se puedan representar. Pero a nosotros nos parecía interesante la relación del monumento con el paisaje. Ahora la Torre de Hércules es impactante, pero cómo sería en la época en que fue construida, cuando además tenía la rampa y el muro exterior en la que aquella se apoyaba.

Con la Torre empezó todo. Este libro y la propia ciudad.
Los romanos la hicieron como una baliza. Según venís del sur, pues ellos hacían escala en Cádiz, subían y era el punto para decir, ‘a partir de aquí, al norte’, porque iban para Britania. Este era el punto en el que tenían que cambiar de dirección. Tenía más importancia la señal que la propia ciudad, que se fue después conformando.