Las rebajas de invierno en el comercio local se han visto frustradas este año. El gasto ha bajado y el descenso en ventas ha sido, en palabras del presidente de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC), José Luis Boado, “impresionante”. El Observatorio Cetelem cifra en 163 euros el desembolso medio de los consumidores gallegos en esta temporada de saldos, frente a los 339 del año pasado, lo que se traduce en un 52% menos.
El presidente de la FUCC comparte este dato trasladándolo a la ciudad de A Coruña, donde, según estimaciones, las compras en rebajas han sido la mitad que en 2022. “Sabiendo cómo están las cosas no contábamos con mucho, pero ha habido muy poca afluencia y menos ventas de lo normal. Ya podíamos intuirlo tras las ventas de Navidad, que también fueron flojas”, comenta Boado.
En el mes de febrero el comercio vive cada año un momento de reflexión. Tras la campaña navideña los comercios ven frenada su actividad hasta el mes de marzo, cuando el Día del Padre vuelve a generar un impulso en el consumo. El carnaval tampoco ha supuesto una subida en las ventas, a excepción de los establecimientos de alimentación. Los productos de primera necesidad son los únicos que no se están viendo afectados por la bajada generalizada del gasto.
En general, según el estudio realizado por Cetelem sobre una muestra de 6.000 encuestas online a razón de mil mensuales, el 42% de los gallegos ha gastado menos en las rebajas de este año. El presidente de la Federación Unión Comercial Coruñesa indica que el miedo por una posible recesión es el principal causante de esta situación. En un momento en el que los comerciantes tienen que hacer frente a la carestía de “las energías, locales, suelo, pagar autónomos y devolver los créditos ICO”, la situación provoca que en el horizonte se atisbe la pérdida de establecimientos por el camino. “A día de hoy no podemos tener una proyección de ahorro y se está subsistiendo en el sector. Todo se ha encarecido y cada día nos encontramos con el cierre de un local y otros que abren, duran solo un año”, señala Boado.
El presidente de la FUCC, sin embargo, tiene claro que “el comercio va a sobrevivir, aunque se va a reducir en volumen. Los que sobrevivirán son quienes tengan trayectoria previa de ingresos y estén consolidados”. Esta semana la Policía Nacional advirtió del “timo del envío” mediante llamadas al pequeño comercio. Las víctimas de los delitos suelen ser pequeños comercios, en la mayor parte relacionados con la hostelería y la alimentación, aunque también hay casos en los que los estafados son tiendas de ropa, complementos, regalos, etc.
La estafa se realizaría vía telefónica. El empleado recibirá una llamada de alguien que se hace pasar por un responsable de una empresa de envíos o un distribuidor. En dicha llamada le comunicará que la empresa le va a hacer llegar una mercancía en breve, pero que se debe realizar un pago inmediato por la misma. Boado explica que el sector ya está acostumbrado a este tipo de timos y lo que más preocupa son los hurtos y amenazas que los comerciantes reciben cada semana en la ciudad. Por ello, insisten en reunirse con la Subdelegación del Gobierno, un encuentro pendiente desde hace meses.
El sector está a la espera de conocer si este año existirá alguna línea de ayudas para los autónomos que más lo necesiten a día de hoy. El presidente de la FUCC considera que cualquier impulso económico tendría que concederse en los meses más difíciles del año, como son febrero o noviembre. En las próximas semanas la federación espera reunirse con los representantes de los grupos municipales para saber qué propuestas y planteamientos tienen en mente para ayudar al pequeño comercio. “Es un motor económico que da vida a los barrios y no se puede dejar que su luz se apague”, resalta José Luis Boado.