Las movilizaciones de los enfermeros para pedir mejoras laborales y la derrota en el campo del Arsenal del Deportivo por 5-1, lo que abocaba al equipo al fracaso en la Copa de la UEFA, eran las noticias principales tal día como hoy del año 2000. El 3 de marzo de 1950, la actualidad se centraba en la visita inaugural de un trasatlántico de bandera panameña, el ‘Jenny’, en donde embarcaron rumbo a América 175 pasajeros. Hace cien años, en 1925, el alcalde pedía a los vecinos que presentaran informes sobre los desperfectos del agua del mar en la zona de Riazor y Rubine, además de exigir que se parase de retirar la arena de la playa y tratar de buscar soluciones para las trepidaciones que los residentes habían notado en sus viviendas.
El Deportivo quedaba abocado al fracaso en la Copa de la UEFA tras una acción pueril de Djalminha. El equipo perdió en el campo del Arsenal por 5-1. El brasileño fue expulsado a falta de media hora, cuando el juego de los coruñeses alimentaba la esperanza de remontar el resultado adverso (2-1). Con diez jugadores, los blanquiazules encajaron otros tres goles que convierten en una utopía la clasificación. El propio Irureta culpó a Djalminha de la severa derrota encajada.
“Cochón, Cochón, queremos negociación” coreaban cerca de un centenar de enfermeros del Juan Canalejo que llevaban careta con el rostro del conselleiro. Los trabajadores, convocados por el Sindicato de Enfermería (Satse), se manifestaron alrededor del hospital para exigir a la Consellería de Sanidade aumentos de plantilla en el centro así como la equiparación de sus salarios con los del Insalud, mejoras que están pendientes de que el Sergas cumpla el compromiso adquirido de abrir una mesa de negociaciones con el sindicato. Las desigualdades, afirman, son patentes porque los trabajadores dependientes del Insalud cobran entre 30.000 y 50.000 pesetas mensuales más que los del Sergas, diferencia más acusada en Euskadi, Canarias y Navarra, donde las retribuciones superan en 80.000 pesetas al mes la de los enfermeros gallegos.
El 2 de marzo entró en nuestro puerto el trasatlántico de bandera panameña ‘Jenny’, y perteneciente a una compañía italiana, con sede en Londres. Desplaza el buque 14.000 toneladas y tiene un andar de 15 nudos por hora. Trajo a bordo 653 pasajeros, en su mayoría emigrantes italianos, embarcados en Génova, punto de partida. La última escala del buque fue Leixoes, desde donde vino a La Coruña. Aquí tomó 175 pasajeros y embarcó también al que va a ser su jefe de máquinas, don Pedro Viar Cuesta, natural de Santander. A bordo subieron las autoridades portuarias, aduaneras y policiales, que dieron toda clase de facilidades a los viajeros para que saltasen a tierra a visitar la ciudad, lo que hicieron casi todos. El alcalde y demás autoridades fueron recibidos en el barco, en donde, a la entrada de Leixoes, nació un niño, de madre italiana. Los dos están bien.
El alcalde ha dado orden al ingeniero señor Pan como autor del proyecto de obras de saneamiento para que informe en cuanto las socavaciones hechas por el mar en los andenes y avenida de Rubine por si son determinantes de las trepidaciones que los vecinos advierten en la cimentación de las fincas. Dio asimismo órdenes enérgicas para que no se siga extrayendo arena de la playa ni se retire la acumulada por el mar en los andenes, siendo ésta, por el contrario, devuelta a la playa. Ruega la Alcaldía, en bien del balneario, que cuantas personas lo deseen acudan al negociado de balnearios con informes sobre la acción del mar sobre Riazor y soluciones que estimen más convenientes y rápidas del problema que La Coruña tiene planteado. Riazor es el paraje que debemos apreciar como favorito para el embellecimiento y la atracción coruñesa.