A pesar del mal tiempo crónico que ha arrastrado todo el mes de junio y de que la previsión para la próxima semana es igualmente pesimista, la tregua en ese clima deprimente que supuso la jornada del lunes llevó a los coruñeses a recuperar uno de esos pequeños placeres de la vida: el del helado nocturno. Decenas de personas hicieron cola a lo largo de toda la noche en Bico de xeado, situado en el número 21 de la avenida de La Marina. 

No fue hasta pasada la medianoche cuando el establecimiento de la granja O Cancelo bajó la verja. En ese momento la espera llegaba a la mismísima carretera, algo que ni siquiera los pubs de su alrededor logran en un fin de semana. Entre los pacientes clientes había tanto coruñeses como turistas extrañados de poder disfrutar de un helado hasta tan altas horas. "En mi casa llevaría ahora mismo tres horas durmiendo", bromeaba Jan, un alemán que mañana abandonará la ciudad con un regusto especialmente dulce. 

La costumbre de tomarse el último capricho del día en la calle no es algo nuevo en La Marina. La que podría denominarse 'milla de oro del helado' ofrece casi una decea de alternativas diferentes en forma de establecimientos, todos artesanales y con sus características propias. Durante las Fiestas de María Pita la estampa de las colas de última hora es otro de los clásicos al finalizar los conciertos. Sin embargo, de momento la única que ha ampliado el horario es Bico de Xeado, que en el único día de tregua entre nubes, lluvia, viento y hasta frío tomó hizo su agosto en pleno mes de junio.