El verano de 2022 es el que le ha devuelto la sonrisa a la cara de los hosteleros pero, por si faltaba algún escéptico, la ampliación de horario por parte del Ayuntamiento con motivo de las fiestas de María Pia parece elevar sobremanera los niveles de satisfacción. Al menos ese el sentir que transmiten Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña y  su presidente, Héctor Cañete. Según su percepción, la medida, sin precedentes más allá de San Juan, ha provocado incluso que algunos turistas situaran su dedo sobre el mapa de la ciudad a la hora de elegir el destino idóneo. “Las fiestas están siendo buenas”, reconoce. “Las dos horas a mayores han sido un acierto, no solamente por la facturación, sino por el efecto llamada en el turismo”, añade.

Uno de los mejores indicadores, con una semana de vida de la medida y las celebraciones, es el volumen de trabajo de los restaurantes. A falta de tickets y registros de caja en las gestorías, basta con afinar el oído para escuchar la diversidad de acentos y comprobar el ritmo de comandas. “Debemos esperar para ver los números, pero en general se está trabajando muy bien, porque los restaurantes, que no son fuertes en verano, tienen muchísimos clientes”, advierte el dirigente del ente provincial.

Bienvenida al Noroeste

La llegada del Noroeste diversificará los beneficios de las fiestas, que llevarán el ocio y las ganas de fiesta a la zona de Riazor y alrededores. “Cuando hay un concierto de Texas en María Pita, el resto de la ciudad sí que tiene un poco menos de gente”, explica Héctor Cañete, al que el histórico festival de rock tocará de cerca en el plano personal.

Y es que el Boulevard, situado en la calle Rubine, elevará notablemente el volumen de una zona acostumbrado a ser de tránsito rodado, al igual que buena parte de los alrededores del estadio. “Los que estamos en Riazor lo notamos mucho”, confiesa. “A nivel personal también creo que el Noroeste va a ser muy potente, porque hay mucha expectación. La nuestra es una zona que no tiene tantos días fuertes al año. A veces era mejor trabajar de manera más homogénea”, agrega. .

Pesimismo medioplacista

El próximo lunes día 15 será como el reloj de la Cenicienta, y a partir del cierre de esa noche a la hostelería de la ciudad le tocará poco a poco convertirse en calabaza. Ni el horario extendido se mantendrá ni, previsiblemente, el volumen de trabajo. “Estos días tenemos refuerzos y extras, pero a partir de la segunda quincena irán marchándose turistas y todo irá aflojando poco a poco”, pronostica Cañete.

La sonrisa desaparecerá de la cara antes de que los colegios empiecen otra vez, según pronostica el presidente de los hosteleros. “En cuanto pase el verano y llegué la vuelta al cole nos vamos a encontrar con un indicador de crisis, que haya subido el paro en julio es algo que no se había dado en veinte años”, advierte el máximo responsable de la asociación.