La presencia de varios operarios y una excavadoras en el lugar de O Coidal, en pleno barrio de San Pedro de Visma, marca un antes y un después en la que será la mayor promoción de nuevas viviendas en la ciudad: el llamado Sector 2 o polígono de San Pedro de Visma. Y es que, si en el sentido estricto se trataba del derribo de una casa, ésta marca en realidad el fin de los pasos previos y deja vía libre a una urbanización que podría comenzar mucho antes de lo previsto, al menos según explica Juan Álvarez, vocal del consejo rector de la Junta de Compensación: “Es el último paso antes de la urbanización. Esperamos finalizar la licitación y la adjudicación en el plazo de un mes y, por lo tanto, en dos meses poder empezar con el vallado y los preparativos”. 

La demolición de la vivienda de O Coidal fue la última de tres casas que anteriormente ya habían sido indemnizadas en el proceso reparcelación. La Junta de Compensación no había apremiado en exceso a los inquilinos y propietarios para no llevar a cabo los trámites mucho antes de lo necesario. De hecho, según indica Álvarez, todavía tenían un mes por delante para abandonar el inmueble. Los plazos pactados tenían además otro objetivo: evitar problemas de okupación y el consiguiente engorro legal en forma de demora para poder expulsar a los inquilinos irregulares. “Acordamos una fecha de salida entre ambas partes, porque tenía que demolerse antes o después, pero así nos ahorramos otro tipo de problemas”, confiesa. 

Por mínimo que sea cualquier movimiento respecto al polígono o urbanización éste supone toda una novedad, después de prácticamente tres décadas de estancamiento. Es evidente la aceleración de los trámites: el pasado 29 de diciembre la Junta de Gobierno local el proyecto de urbanización del Sector 2: un total de 3.600 viviendas, casi un millar de ellas de protección. Los dos horizontes que se manejan son septiembre de este año para las primeras licencias de construcción y 2027 para la llegada de los nuevos inquilinos o habitantes.

Vecino 

La presencia de las excavadoras cogió por sorpresa a los vecinos, que pudieron seguir muy de cerca unos trabajos próximos al centro cívico y la iglesia parroquial. “Para nosotros es el pistoletazo de salida al polígono, la primera actuación, y por lo tanto algo muy positivo. Se había demorado mucho en el tiempo y tampoco sabemos si la edificabilidad es la idónea para los tiempos actuales”, indica José Ramón Calvete, presidente de la asociación de residentes, quien intuye un “formato muy parecido al de Los Rosales”.
Cuando comiencen a la vez la urbanización y la tramitación de licencias, se habrá cumplido un cuarto de siglo de la aprobación inicial para la construcción.