Irving Penn y la trascendencia de la fotografía de moda hasta el mundo del arte

El minimalismo y las sutilezas protagonizaron el excelso trabajo del fotógrafo estadounidense
Irving Penn y la trascendencia de la fotografía de moda hasta el mundo del arte
Primera instancia de la exposición, donde los visitantes son recibidos por un vídeo | Quintana

Aunque durante décadas trabajó con la revista ‘Vogue’, el trabajo de Irving Penn trascendió el mundo de la fotografía de moda y abrazó el mundo del arte. Y lo hizo en base a creaciones minimalistas, a su fijación por las pequeñas sutilezas y a su habilidad para dotar de personalidad a aquellos elementos cotidianos que el resto del mundo pasa por alto. Su trabajo estaba a la “vanguardia de la fotografía artística y de marketing”, algo que en su época “no existía” siquiera, recordaba el comisario de la muestra, Jeff L. Rosenheim, en una visita guiada por la nueva exposición de la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP), ‘Irving Penn: Centennial’, que hoy abre sus puertas.
 

A pesar de su revolución en ‘Vogue’, su trabajo iba “más allá de las páginas de revista”, instaurándose de lleno “en el mundo del arte”, resaltó. 
 

Así, la muestra propone un recorrido por décadas de trabajo del fotógrafo estadounidense, un paseo por las pequeñas sutilezas que hicieron aún más grande sus fotografías. Así se pueden apreciar en los primeros bodegones que se exponen en la nave de la fundación, que proponen “lecturas sutiles” que permiten encontrar significados más allá de los objetos expuestos.

 

Exposicion irving penn fundacion mop 2 @ quintana
Algunas de las obras de Irving Penn expuestas | Quintana


 

Esas sutilezas se reflejan también en retratos de grandes personalidades como Truman Capote o Picasso. El fondo minimalista y la extrema cercanía de la cámara dejan el total protagonismo a la persona, cobrando gran importancia la gestualidad, sus accesorios o la vestimenta, como es el caso de Picasso, del cual Rosenheim destaca cómo su prenda oscura, que ocupa buena parte de la imagen, “parece estar en movimiento”.
 

Tom Penn, hijo del fotógrafo, estaba ayer presente en la visita y destacaba que “era un hombre callado y silencioso” que no daba órdenes, “sólo” movía ligeramente a las personas delante del objetivo, cualidad que describía ante su trabajo en Nueva Guinea, donde pretendía “inmortalizar” aspectos de una sociedad que probablemente no perduraría.
 

Como ejemplo de esa sutileza y de esa mirada más profunda a objetos cotidianos está la serie de imágenes que tomó a colillas de cigarrillos sobre pequeños algodones, series de bodegones que “creaba”, mientras esperaba otros trabajos de estudio. Pero, pese a ser obras intermedias, le dedicaba todo su esfuerzo: “Más que como un fotógrafo, creaba estas imágenes como una imprenta”, explicaba el comisario Jeff L. Rosenheim.
 

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La serie de instantáneas de colillas de Irving Penn | Quintana

 

Entre las imágenes curiosas, está la instantánea que tomó de “las doce modelos más famosas, normalmente no les gusta estar juntas”, y en la que Lisa Fonssagrives “retó” a Penn posando de perfil.


El recorrido, que incluye el telón original sobre el que Irving Penn hizo posar a multitud de personalidades o la recreación de la esquina en la que hizo lo mismo, lo despide “un beso de Penn”. Imposible mejor final. 

Irving Penn y la trascendencia de la fotografía de moda hasta el mundo del arte

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