Desde hace unos años, la estampa de jabalís recorriendo las calles de A Coruña resulta habitual.
En invierno, las piaras bajan a la ciudad en busca de alimento y ya han propiciado diferentes escenas curiosas -y peligrosas-. Si al principio eran un poco más tímidos, ahora se han convertido en los 'reyes de la pista'.
Es fácil verlos por O Portiño con ciclistas y paseantes que se acercan, curiosos, a saludarlos; o en Riazor, donde un intrépido jabalí se acercó a las rocas, en la tarde de este sábado, para darse un chapuzón, bajo la atenta mirada de los coruñeses.
El año pasado, sin ir más lejos, una piara de jabalíes se adentró en plena calle de San Andrés llegando a la plaza de María Pita, como si de unos turistas más se trataran, recorriendo los lugares más emblemáticos.
Sin olvidar que a ellos también les gusta aprender -o eso parece-. Han pasado ya por el CIFP Someso y el CIFP Paseo das Pontes con la intención de... ¿matricularse? Bromas aparte y aunque rara vez ataquen al ser humano, el peligro que suponen los jabalíes es real, por ejemplo, para el tráfico rodado.
No hay que olvidar que el 15 de enero, en Guísamo, seis vehículos resultaron dañados y dos personas heridas al chocar con un jabalí que había conseguido colarse en la AP-9, a pesar de que la autopista debe estar cerrada, en teoría.