Trece años después de su última visita, y tras un intento frustrado de vuelta entremedias, Lenny Kravitz regresó al Coliseum para declararle su amor a Galicia.
Antes de que el músico neoyorquino saltase al escenario, un poco más tarde lo esperado, Estrella Morente calentaba previamente el Coliseum para él, en la "tierra bendita" de A Coruña.
Sobre las 21.50 apareció Lenny Kravitz desde debajo del escenario para, con un fogonazo, dar inicio al concierto con la energía de 'Bring it on'. Una energía que no sólo aportaba el tema, si no también el propio músico, que parecía empeñado en demostrar que sobre él no pasan los años.
Con 'Minister of Rock'n Roll prosiguió unos primeros compases de recital que abrazaría ritmos más funkys con 'TK-421', tema que permitió al artista darse un primer paseo hasta uno de los 'balcones' del escenario y coger el bajo entre aplausos del público.
Tras 'Always in the run', llegaba el momento de agradecer por primera vez al público. Y Lenny Kravitz se atrevió a hacerlo en gallego: "¡Galicia! ¡Quérovos! Estou moi feliz de estar convosco", afirmaba el músico, que no se quiso quedar solo con esa pequeña demostración, continuando su discurso en nuestro idioma: "Todos nós somos enerxía, somos vida, somos amor. Isto es moito para min. Graciñas", tras lo que daría también gracias a Dios con su clásico 'I belong to you'.
Aunque venía a presentar ‘Electric Blue Light’, el musico aprovechó para repasar su amplia trayectoria musical, con un concierto en el que no faltaron clásicos y más declaraciones de amor al publico: “¡Galicia está que arde!” Afirmaba mientras el Coliseum coreaba su nombre.
Con 'Stillness in heart' se atrevió a darse un primer paseo hasta el foso y, con 'Believe', se volvió a dejar querer por un público entregado que iba entrando aún más en calor.
Tras un pequeño paseo por temas como 'Honey', 'Paralyzed', 'Low' y 'The Chamber', se volvió a uno de los 'balcones' para sentarse al piano y entonar, junto a los coruñeses, su 'I'll be waiting', tras el cual dispuso un nuevo y sonoro "¡Galicia!" antes de introducir a su banda. Y fue aquí donde llegó uno de los momentos especiales de la noche, cuando el Coliseum dedicó una sonorísima ovación a Jas Kayser, batería que acompaña a Kravitz en su gira.
Llegaba la traca final, con el público ya completamente en pie. Y así se quedaría durante los siguientes temas: 'It ain't over til it's over', 'Again', 'American Woman' y 'Fly Away', tras los cuales el neoyorquino se despedía con otro fogonazo y su 'Are you gonna go my way' y una nueva demostración del idioma de Pondal y Rosalía: "Sempre estaredes no meu corazón".
Pero el concierto no podía acabar así y Lenny Kravitz no podía marcharse de la ciudad sin rendirse al espectáculo. De vuelta en el escenario, con la guitarra colgando, se dispuso a entonar, de nuevo a medias con el público, 'Let love rule'. Y con este tema se bajó al público, primero al foso, luego a la grada, para recorrerse el Coliseum de cabo a rabo, antes de volver al escenario y despedirse cantando brevemente con Estrella Morente.