Es solo una de las personas represaliadas en 1936 y en los años posteriores que fueron enterradas de forma clandestina en San Amaro. Rubem Centeno calcula que rondan las 250. La elegimos como símbolo de todas ellas por su relevancia política y deportiva, y por ser una figura vigente en el imaginario colectivo de la ciudad por su reivindicación popular en los últimos años, especialmente a raíz de que Eduardo Galeano lo convirtiese en protagonista de un relato. Hablamos de Bebel García, fusilado en punta Herminia y cuyo lugar de enterramiento se desconocía hasta ahora. Ha sido el investigador Rubem Centeno el encargado de localizarlo.
Centeno presentará hoy (19.30 horas) en la sede de la Asociación Cultural Alexandre Bóveda los resultados de su trabajo, que ha realizado en colaboración con la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica da Coruña. En el origen de todo está Bernardo Hernández, de 29 años, presidente del sindicato de trabajadores del comercio, y del que el investigador es sobrino-nieto. Le constaba su asesinato en 1936, pero nada se sabía del destino de su cuerpo. Dejándose horas y dioptrías en los archivos locales, Centeno logró localizarlo junto a otras quince personas en una fosa común en el cementerio marino coruñés. Una vez resuelta su duda inicial, siguió tirando del hilo. Y localizó a unos 250 represaliados en diferentes departamentos de San Amaro. Entre ellos, al extremo derecho de extrema izquierda del Dépor, Bebel García García.
El jugador fue fusilado en 1936 y hasta ahora se desconocía qué había sido de su cuerpo
Nacido en Ribadeo el 1 de enero de 1913, Bebel fue uno de los ocho hijos de José García, fabricante de lejía, y Concha García, tan socialistas ellos que bautizaron a sus descendientes como Bebel (nombre del fundador de la socialdemocracia alemana), Jaurés, France, Voltaire, Conchita, Bélgica, Berthelot y José (apodado Pepín, y que era el único bautizado de los ocho). El patriarca fue desterrado, por sus ideas, a 150 kilómetros de Ribadeo, y decidió irse con su familia a A Coruña, donde en 1930 fue parte destacada en la refundación del PSOE herculino.
Siguiendo el ejemplo de su padre, Bebel era un destacado militante de las Juventudes Socialistas Unificadas que presidía su hermano France. De naturaleza agitadora, sus familiares han recordado en alguna ocasión que fue a Bebel al que, en tiempos de la República, se le ocurrió introducir un burro con un gran crucifijo en la capilla de San Andrés.
Los famosos “hermanos de la lejía” (que tienen calle en la ciudad desde 2002 por iniciativa de Francisco Vázquez) pagaron un altísimo precio por su actividad política cuando estalló la guerra. Entre los significados políticamente, solo se libró uno de ellos, José: huyó, luchó con el Ejército Republicano, perdió una pierna en la batalla de Brunete, en 1939 se exilió en Argentina y en 1997 volvió a A Coruña, donde falleció de muerte natural.
El 20 de julio de 1936, el propio José, Bebel, Jaurés y France ayudaron en la defensa del edificio del Gobierno Civil, primer objetivo de los insurrectos, y en otras acciones destinadas a frenar el golpe. Dando la ciudad por perdida, los tres primeros escaparon. Su destino era Asturias, pero fueron interceptados en Guitiriz. Al ser menor, Jaurés se libró de entrada de un fatal destino, pero en enero de 1937, ya mayor de edad, fue ‘paseado’. Las ejecuciones de Bebel y France se realizaron de forma inmediata: el 29 de julio de 1936 ambos fueron fusilados en Punta Herminia junto a Miguel Moscoso, conocido como ‘El Cristo de Vioño’. Una sección de Infantería, al mando de un teniente, realizó los disparos. La peripecia vital de Bebel era conocida solo en reducidos círculos ciudadanos hasta que en 2009 se difundió que Eduardo Galeano le había dedicado una de las historias de ‘Espejos. Una historia casi universal’ (publicado en 2008): el escritor uruguayo cuenta que el último deseo del futbolista fue orinar delante de sus verdugos.
Por la investigación de Centeno, ahora sabemos que los tres fueron sepultados ese mismo día 29 de julio en San Amaro, pues así lo confirma en un libro de registro de enterramientos en los que constan con números consecutivos: Bebel García García (721), France García García (722) y Enrique Miguel Moscoso (723). También se lee “fosa 12ª del depto [departamento] 3º ampliación” en la casilla correspondiente al lugar de enterramiento.
El investigador Rubem Centeno ofrece hoy una charla sobre las fosas del camposanto local
Entramos con Rubem Centeno en San Amaro en una mañana lluviosa de octubre. Nos paramos en la zona de ampliación del tercer departamento, que cae (cómo no) a la izquierda. Algunas de esas 250 personas sepultadas de forma clandestina en San Amaro durante la guerra fueron trasladadas a nichos posteriormente por iniciativa de sus familias: es el caso de Francisco Pérez Carballo, gobernador civil, o de Joaquín Martín, secretario del Ayuntamiento y padre del deportivista Cheché Martín. Pero no consta que los cuerpos de Bebel, France y Enrique se moviesen.
La zona ha cambiado mucho desde que los tres fueron sepultados. Entonces no había nichos en la zona central de ninguno de los cuatro departamentos. Hoy los hay en todas salvo en el cuarto.
Conocemos, gracias a Centeno, que Bebel está ahí debajo, pero nunca podremos confirmar exactamente dónde. Por tres razones: 1) se desconoce el punto preciso 2) hay cemento y nichos donde antes solo había tierra 3) han pasado 88 años y se supone que sus restos habrán desaparecido. Pero al menos ya sabemos que su cuerpo no se arrojó al mar y que tampoco yace en una cuneta perdida. Su ADN queda en algún lugar del tercer departamento de San Amaro.
TRES TEMPORADAS EN SEGUNDA CON EL EQUIPO BLANQUIAZUL, PARA EL QUE ANOTÓ SEIS GOLES |
Consta que antes de ser futbolista blanquiazul, militó en el Hércules, un equipo fundado en el Hospicio local. Su primera campaña como deportivista fue la 1932-33, en la que el club contaba con 28 jugadores en plantilla, 15 profesionales (liderados por dos estrellas como el portero Rodrigo y el goleador Chacho) y el resto con ficha de aficionados (Bebel entre ellos). En la campaña 1933-34 siguió en el Dépor, en la siguiente pasó al Coruña y en la 1935-36 regresó a la disciplina blanquiazul. Gracias a los precisos datos recopilados por Lois Novo, ahora sabemos cuáles fueron exactamente sus números como deportivista: 22 partidos y seis goles. Así se repartieron: 13 encuentros y 3 dianas en Segunda, 5 choques y 2 tantos en la Copa de la República, y 4 partidos y un gol en el Campeonato Gallego. Rodrigo decía de él que, aunque bajito, estaba dotado de unas condiciones fabulosas para el fútbol, “pero tenía en la cabeza otras cosas”, apuntaba en relación a la política. |