No son dos mundos que veamos habitualmente de la mano, pero, hoy y mañana (20.00 horas), sobre las tablas del Palacio de la Ópera resonarán los ecos de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG), acompañados por la voz y los ritmos flamencos de Marina Heredia, José Quevedo ‘Bolita’ y Paquito González. Todo ello, guiado por la batuta de José Trigueros.
Esta amalgama musical surge para el estreno en España de ‘En libertad’, una creación de Joan Albert Amargós y José Quevedo, por encargo de la Filarmónica de Duisburgo (Alemania). Heredia explica que surge, precisamente, para que extrañe menos esta fusión, “para que haya más oportunidades de que una cantaora pueda disfrutar de una orquesta, porque hay poco repertorio y es una lástima”.
“Son dos mundos distintos, pero que siempre tienen un punto de encuentro”, continúa la cantaora, que recuerda que el proyecto también “nace de la afición de Nils (Szczpanski), que es el gerente de la Filarmónica de Duisburgo, quienes encargan la obra”. La relación ya venía de atrás, “pero siempre habíamos tenido esa espinita clavada, hasta que él pudo poner los medios para que se hiciera realidad”.
Cuestionada sobre cómo un proyecto así nace en Alemania, la artista sonríe: “Eso mismo digo yo”. “Fuera de España admiran muchísimo el flamenco y lo respetan”, comenta, recordando que están llenando teatros con flamenco por el mundo, “con lo que cuesta llenar un teatro”.
Llevan desde la pasada semana en Galicia, ya que interpretaron ‘El amor brujo’, de Falla, en Ferrol. “Hicimos el original, el que Falla escribió en 1915, que muy pocas veces se hace y es mucho más completo y tiene mucho más sentido, bajo mi punto de vista”, relata Heredia.
Su estancia aquí, como parte de una residencia, está siendo fructífera. “Date cuenta de que la Sinfónica de Galicia es una de las mejores de España”, indica, mientras añade que “me he encontrado con una calidad humana muy buena, y eso es muy importante a la hora de hacer música, la predisposición que tengamos todos lo cambia todo”.
No descarta que, en el futuro, se vean más proyectos como este. “Alguien tiene que ser el primero, el que dé el empujoncito, y luego todos vamos detrás. “Si Dios quiere, vamos a intentar que alguna orquesta española se involucre en proyectos para seguir creando repertorio”.
Su vínculo con la música le viene de antes incluso de nacer. “Mi padre le cantaba a la barriga de mi madre”, cuenta con una sonrisa. Con el tiempo, soñó, de verdad, que trabajaba con Amargós. “Interiormente, iba viendo qué se podría hacer y, bueno, luego la vida me ha ido poniendo en el camino de todas las frutas que quería”, relata antes de avanzar que quiere ponerse a trabajar ya en lo que debería ser un nuevo disco y un proyecto teatral.