En A Coruña son frecuentes los intentos de okupación, pero la mayoría no llegan a buen término gracias a la vigilancia de los vecinos, que son los primeros en descubrir a un sospechoso en sus calles y notificarlo a las autoridades. Un ejemplo de ello se da en O Martinete, donde se ha frustrado un allanamiento recientemente.
El último caso fue el lunes. “Tuvimos suerte que todo fue bien y se fueron de buenas formas”, señala Amar Basic, presidente de la Asociación de Vecinos Monte Martelo. Fueron dos parejas, pero todos se escondieron mientras que solo fue uno el que dio la cara. “En el grupo de la asociación somos muchos y los vecinos hablan, lo comentan y envían fotos. Cuadró en este caso que el vecino lo estaba viendo desde la casa de enfrente. Nos envió fotos de cómo estaban trayendo la maleta”.
La vigilancia vecinal ha frustrado los allanamientos, el último de los cuales se produjo este mismo lunes
Fue a las siete de la mañana cuando vieron a los intrusos. Alertaron al 091, pero cuando acudió la Policía Nacional, todo estaba tranquilo y no podían entrar en una propiedad privada sin una orden o, por lo menos, indicios claros de que se estaba cometiendo un delito, pero regresaron más tarde.
La asociación habló con el propietario, que resultó ser Abanca, así como con la alcaldesa, Inés Rey, que también telefoneó al banco. Ese mismo día, acudieron operarios para sellar el acceso del edificio, situado en el número 11 de O Birloque. También se instaló una alarma. Basic reconoce que, dentro de lo que cabe, se ha reaccionado con rapidez pero, después de varios intentos, la sensación de inseguridad se ha incrementado, y los vecinos tienen el convencimiento de que recae sobre ellos la vigilancia de su barrio, una zona periférica un poco apartada. “Estamos con cuatro ojos viendo lo que pasa”.
“Ha habido varios casos: al lado de Casa Canosa, la casa de entrevías de Renfe, una propiedad de Aliseda Inmobiliaria, y otra al lado... En total, cinco en un año”, señala Basic: “Si se permite que las propiedades se abandonen, esto es comidilla para los okupas. Lo principal sería no permitir el abandono de las propiedades y buscar una solución para desarrollar la zona”. Por eso pide que el Ayuntamiento tome medidas.
De hecho, el Gobierno local ha comenzado a expropiar edificios ruinosos en el centro para subastarlos. Se trata de inmuebles cuyos propietarios ignoran los avisos del Ayuntamiento y permiten que su propiedad se deteriore. Pero es un proceso lento y, mientras tanto, los casos se repiten.