De Barcelona ha dado el salto a un pueblo de Galicia, a una verbena de verano donde la música se cuela en cada uno de los rincones para contarnos historias de “diferentes generaciones, de diferentes cunas, de todas las edades”. Miqui Otero acaba de publicar ‘Orquesta’, su nueva novela, ambientada esta vez en Galicia y que hoy a las 19.00 horas presenta en la librería Moito Conto, acompañado de Juan Tallón.
El propio Otero explica que ‘Orquesta’ nace, “entre otras cosas, de las ganas de irme, literariamente, de Barcelona”, ya que su obra anterior se ha etiquetados como “novelas muy barcelonesas”. Sin embargo, el autor sabía “que este momento llegaría, sabía que en el futuro escribiría una novela ambientada en Galicia, segurísimo”. Y es que Galicia apela a su pasado: sus padres emigraron, “hace ahora 50 años”, de la comunidad gallega, pero, al mismo tiempo, ha sido un lugar al que ha regresado en multitud de ocasiones.
El germen también fue la necesidad de hacer una novela en la que aparecieran personajes de todas las generaciones. “Me apetecía una novela que realmente arrastrara testimonios y personajes de toda las edades y cuando estuve pensando en dónde podía suceder esto, lo primero que me vino a la cabeza es una verbena, y si era una verbena tenía que ser gallega”, indica Otero.
La música está dentro de los personajes para conocer sus envidias, sus deseos, pero también fuera, como un gas, para estar en todos los corrillos
Pero, a pesar de no ser gallego, apela del mismo modo a la morriña gallega. “Somos muchísimo más peligrosos los hijos de emigrantes gallegos que los propios gallegos”, asegura entre risas. Y el suyo es un retrato ideal de Galicia porque “es con el que tú creces, del que mamas en casa, es un relato necesariamente bello y con menos problemas que el que vive ahí”. Y es que “Galicia es al lugar al que vamos en los mejores momentos de nuestras vidas, cuando los días son más largos, cuando no tienes compromisos, desde que eres niño, en vacaciones”, rememora un Otero que recuerda que él ha vuelto infinidad de veces en la edad adulta: “Seguí yendo también para escribir”. “Es algo que asocio a algo placentero”. Pero no se ha quedado en el recuerdo, sino que ha apostado por documentarse “con todo el rigor y hablando con mucha gente”.
Para este salto a una verbena gallega, Otero ha apostado por la música como narradora de su historia. “Los personajes son muchos y muy diferentes y la música es, entre otras cosas, el lenguaje común a todos ellos”. Esta narradora, explica el escritor, “está dentro de los personajes para conocer sus envidias, deseos de venganza o románticos, pero también estar fuera, como un gas, que se pudiera meter en todos los corrillos, en todas las conversaciones”, dejando “puntos ciegos” allí donde no llega la música.
También le ha servido para reflotar diferentes momentos del pasado y hacer evolucionar la trama a través de las canciones. “Si suena un bolero, o un pasodoble, hay recuerdos asociados a la posguerra, luego los hay a la Transición y luego más recientes; me permitía, a medida que avanzan los estilos musicales, avanzar en la novela, el tipo de edades de cada momento e incluso en la historia reciente del país que quería contar, en base a una serie de escenas o anécdotas concretas”.
A pesar del cambio de narrador y de emplazamiento, el feedback está siendo bueno, porque “lo que se ve rápidamente es que el tono es el mismo, el estilo sigue siendo el mío”. “Una carrera de novelista es muy larga y no estoy dispuesto a hacer la misma novela una y otra vez”, asegura, mientras añade que el escritor debe “ser honesto y escribir las novelas que reflejen tu forma de ver todo”.
La música siempre ha tenido influencia en su vida. “Tiene una serie de valores que me interesan y que tengo incorporados a la hora de escribir”, “no soy músico, pero en mi estilo hay un montón de cosas que tienen que ver con ella”.