El 31 de marzo de 1835 nace la Compañía de Seguros Mutuos de Incendios de La Coruña. El pleno municipal da cuenta que su Majestad se sirvió para aprobar el reglamento de dicha compañía y manda que se suscriban en ella las casas y edificios públicos (y privados), acordando que se inscriban las de la ciudad.
Se ponía la primera piedra para combatir de forma eficaz los incendios que ocurriesen en la propia ciudad coruñesa para beneficio de todos y mitigar en lo posible los daños que el fuego causase al vecindario.
Mientras que el 11 de marzo de 1836 nace el Cuerpo de Bomberos de A Coruña, al darse cuenta en el pleno municipal de un oficio de Gobernador Civil, que indica que en fecha 7 del actual, traslada una Real orden de 23 de febrero, en la cual su Majestad, la Reina Gobernadora, aprueba las disposiciones tomadas con motivo del incendio ocurrido en esta capital. En el 6 de dicho mes, sirve prevenir que el Ayuntamiento promueva el establecimiento de una Sociedad de Seguros contra incendios y la formación de alguna fuerza de Bomberos de la Guardia Nacional de esta ciudad y en las principales poblaciones de esta provincia, lo que se trasladaba a la municipalidad para promover lo que el Gobierno advertía y por su parte el gobernador indica que se sirva proponerle lo conveniente.
En sesión del 29 de julio, por un oficio de la Dirección de Seguros Mutuos de la misma fecha, se incluye el Reglamento de la Compañía de Zapadores-Bomberos, destinada a apagar incendios, pasando a la comisión de la Guardia Nacional para que lo tenga presente en las operaciones que debe practicar con los últimamente alistados. A la misma se le autoriza para reconocer e informar cuanto se les ofrezca acerca del propio reglamento.
El 15 de febrero de 1837 la comisión de Milicia Nacional publica la lista de los individuos que debían formar la compañía de Zapadores-Bomberos, la cual estaría compuesta de 67 personas, aunque no sería posible ponerla en marcha por los cuantiosos costos que suponía para las paupérrimas arcas municipales, de modo que el medio más eficaz para atajar el fuego nace en 1835 de la mano de la Sociedad de los Seguros Mutuos.
El 30 de octubre de 1838 la Dirección de la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de La Coruña pone en conocimiento del Ayuntamiento que dicha asociación tiene las bombas y útiles necesarios para apagar los incendios de las casas aseguradas, formando un reglamento interino que envía a la municipalidad, para que esta se sirva reconocerlo, componiéndose de 17 artículos y aprobado por la corporación coruñesa en 20 de noviembre. Para el 17 de agosto de 1841 Francisco del Adalid informa al Municipio de haber llevado a cabo la formación de una “Sección de Bomberos”, tan útil como indispensable. Para añadir: “Sin ella de poco o de nada servirán las bombas y más útiles de que se haya provisto el cuerpo”.
La primera póliza de seguros fue suscrita por Vicente García, propietario de la casa del siglo XVIII, nº 21-B, de la calle de Santo Domingo, y a su vez socio fundador de la propia sociedad de incendios que se hizo el 24 de abril de 1835, en la dirección que la compañía tenía por sede en la calle Panaderas 56, del Real Consulado. Anexo a dicho edificio estaba el almacén, primer Parque de Bomberos con que contó la ciudad, según planos de José María Noya de 1836 situado en la confluencia de las calles Panaderas, San Nicolás y Orzán, a escasa distancia de los núcleos más poblados de la ciudad, casa que fue demolida en 1936, trasladando sus oficinas a la plaza de Vigo en 1934. En 1980 pasó a denominarse por fusión, como Unión de Seguros Mutuos, y en 1995 entra a formar parte del grupo portugués Imperio, donde permanece hasta 1997. Aunque el edificio sigue en pie, esta sociedad se ocuparía durante algunos años del mantenimiento del Cuerpo de Bomberos en solitario, ya que el Ayuntamiento no contará con su propio servicio hasta el año 1864.
El Ayuntamiento preveía formar una compañía de bomberos compuesta de 57 hombres y encarga su organización en 1837 a la Milicia Nacional, pero al igual que había acontecido en 1818 en que el proyecto también fracasó. Habrá que esperar a 1864, en que el Consistorio coruñés nombra a su arquitecto, Juan de Ciórraga, como encargado de organizar el Servicio Municipal de Bomberos, siguiendo la Sociedad de Seguros Mutuos, manteniendo su propio parque contra incendios, aunque desde la fecha indicada, ambos cuerpos se fueron coordinando y atendieron a sofocar de forma conjunta todos los incendios de la ciudad.
Será en 1908, cuando el Ayuntamiento coruñés adquiera a la Sociedad de Seguros Mutuos todos sus medios de lucha contra el fuego y se anexione el Parque de Bomberos que seguía manteniendo, naciendo de este modo ya de forma definitiva como único Parque de Bomberos Municipal de La Coruña para la lucha contra el fuego. Siendo en 1927 de la mano del alcalde Manuel Casás Fernández, con un crédito de cinco millones de pesetas, quien ponga a andar el moderno Cuerpo de Bomberos de A Coruña.