La imagen navideña de la plaza de Lugo llena de gente dispuesta a llevarse a casa kilos de marisco y pescado ha dado paso a la de largas colas en el exterior de las confiterías más tradicionales. Los coruñeses desvían la atención estos días hacia el roscón de Reyes, pero los placeros no se quejan. Es más, celebran los buenos resultados que ha dejado la Navidad en la plaza de abastos: “Nos sorprendió mucho la Nochevieja, que fue espectacular. La gente entraba directamente a comprar y no regateaba”, señala Teri Ceán, pescadera del mercado.
Lo que más se vendió en ambas fechas, dice esta placera, fueron las volandeiras y las centollas. En el caso de estas últimas, comenta, el precio no se incrementó demasiado. En cuanto al pescado, lo que más se comió en los hogares coruñeses fue “lo típico”, es decir, lubinas, rodaballos, besugo de pincho, San Martiño y San Pedro. De media, cada casa se gastó entre 300 y 500 euros en marisco y pescado en cada una de estas fechas señaladas. “Hay gente que tira por las zamburiñas y gasta menos, pero otros se llevan ocho centollas y ocho bueyes de Francia y los 300 euros se quedan cortos”, añade.
Óscar, de Pescadería Nortemar, y Víctor, de Pescadería Víctor, comparten la opinión de su compañera de mercado. “Algunos te dejan 300 euros, otros 500, depende de la gente que sea. Pero la media es esa”. El balance, por lo tanto, es positivo: “No hay queja”, sostiene Víctor. Para mañana, lunes, las ventas no han estado tan animadas, y es que, tal y como dicen los placeros, “la gente el 6 de enero come fuera”.