La tregua que han dado los vecinos de las Casas de Franco al Ayuntamiento, al desconvocar su concentración de protesta contra la humanización de la zona, se ha complicado ligeramente. Y es que entre los residentes entre los portales 257 y 261 de la ronda de Outeiro existe una cierta sensación de cabreo. La razón es que, mientras esperan la alternativa al proyecto inicial, la maquinaria y los operarios continúan con los trabajos en la zona. 

Hace poco menos de un mes la concejalía de Urbanismo y los presidentes de las diferentes comunidades de vecinos mantuvieron una reunión para plantear alternativas a los puntos que más disgustan a los residentes: el muro, la ubicación de los contenedores y los accesos. Una las soluciones planteadas por el Ayuntamiento es que la elevación se reduzca de un metro y medio a 75 centímetros, algo que tampoco acaba de convencer a los vecinos. Sin embargo, éstos se preguntan por qué no paran los trabajos. “Estamos a la espera de que nos confirmen día y hora para que nos presenten el proyecto modificado para poder estudiarlo y consultarlo entre todos”, afirman los vecinos. “Lo que causa un descontento entre nosotros es que las obras no se han parado y siguen igual”, añaden. 

Diálogo 

Fuentes municipales apelan a la calma y aseguran que será posible llegar a un punto de encuentro con los vecinos. “Ya hemos hablado con ellos para fijar una fecha para la reunión”, indican desde el Ayuntamiento, donde al preguntar por la discrepancia el mensaje es el mismo: “Diálogo”. Y es que la humanización de la zona de las Casas de Franco ya se ha calificado de necesaria por parte de la alcaldesa, afirmó estar abierta a las matizaciones. 

Los residentes ya han presentado más de 1.000 firmas de rechazo para la idea y el proyecto municipal, además de cortar la ronda de Outeiro como protesta visible.