La Policía Nacional y la Agencia Tributaria consiguieron un hito el día 5 de este mes, cuando halló 7,2 toneladas de cocaína en una nave de Espíritu Santo, en Cambre. Fueron dos operaciones, llevadas a cabo de forma paralela, por las que se detuvo a un total de 20 personas que integraban dos organizaciones de origen balcánico. Se identificó a una red empresarial creada por la organización criminal para presuntamente enviar grandes partidas de cocaína desde Sudamérica hasta A Coruña, sede de la empresa que trajo la droga. Esta se dedicaba al comercio internacional al por mayor de pescado y marisco congelado, pero también a la compra venta de fincas rústicas y urbanas y edificaciones y construcciones en general.
El empresario responsable, de origen coruñés, pretendía encubrir su ilícita actividad en un voluminoso flujo de contenedores vía marítima, para lo que utilizaba diversas empresas en origen y siempre con destino a la Península Ibérica. Los investigadores monitorizaron durante meses la actividad de la empresa, detectando envíos similares que no tenían otro objetivo que demostrar una pretendida actividad lícita que encubriera, en el momento oportuno, el transporte de la cocaína ahora incautada.
A pesar de que varios contenedores de esta empresa fueron ya inspeccionados con anterioridad en instalaciones portuarias durante el año 2023, la confianza de la organización criminal en su método de transporte y ocultación motivó que contaminaran uno de estos contenedores con una cantidad de droga jamás intervenida en tierras gallegas y una de las más importantes en la historia del narcotráfico español y europeo.
El control sobre los envíos sospechosos y el apoyo de la Fiscalía Especial Antidroga del Campo de Gibraltar permitió solicitar la apertura de diligencias de Investigación con el fin de poder determinar el destino final de la droga. De esta manera se pudo comprobar que la organización trasladaba los contenedores al Puerto de Algeciras para posteriormente enviarlos hasta el puerto de Vigo, lugar en el que se pudo detectar dos de ellos, siendo uno de el que transportaba íntegramente la droga en su interior, momento en el que se llevó a cabo la detención de todo el personal que se encontraba en la nave donde se estaba llevando a cabo la descarga de la cocaína.
Durante el operativo se intervinieron 7.500 kilogramos de cocaína que venía oculta en un cargamento de lomos de atún congelado, destacando que el estupefaciente se encontraba marcado con cuatro logotipos diferentes con los que pretendían identificar a las diferentes organizaciones criminales europeas que debían recibir el alijo.