La lluvia, que había dado un respiro el domingo pasado, volvió a caer con fuerza ayer noche, empapando a los participantes en la segunda concentración ante la sede del PSOE. Algo menos de cien personas desafiaron el mal tiempo para acudir a Zalaeta, donde se vieron más paraguas que banderas de España. La manifestación transcurrió sin incidentes, pero con cierta tensión, porque se dividió en dos grupos que no coincidía en las maneras.
El presidente provincial de Vox, Manuel Fuentes, expresó su indignación por los cánticos insultantes que llamaban “hijo de puta”, al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. “Nosotros hemos convocado una manifestación pacífica, sin insultos”; explicó. En realidad, había sido Solidaridad, el sindicato ligado a Vox, el que lo había hecho, haciendo hincapié en el carácter democrático de su protesta.
Sin embargo, no pudieron evitar que otro grupo, más radical, y en el que varios jóvenes lucían enseñas nacionales con un agujero en el centro, capitalizara la protesta con gritos de “¡Viva Cristo Rey!” y “España cristiana, no musulmana”. Ambas partes, sin embargo, compartieron sus vivas a España y otros cánticos como “Esto no es una sede, es un puticlub” o “¡Puigdemont a prisión!”. Algunas discusiones surgieron entre ellos, pero ambos se mantuvieron en la calle más de media hora, desafiando al chubasco.
Hay que recordar que el día anterior, tres participantes en la protesta habían sido agredidos por otros tantos individuos de ideología de extrema izquierda tras participar en otra protesta en el mismo lugar. Sin embargo, policías de paisano contemplaron la agresión y pudieron detener a los sospechosos por un delito de lesiones. Los jóvenes habían sido agredidos por un hombre de unos 30 años y otros dos de unos veintipocos.
Igual que el domingo, un cordón compuesto por cuatro policías nacionales impidió que los manifestantes se acercaron demasiado a la sede del PSOE. La Policía Local también formaba parte del dispositivo, que cortó la calle de Zalaeta en dirección a Monte Alto pero se trató de una protesta exenta de incidencias. Antes de las nueve de la noche, todo había concluido y la gente volvió a sus casas. Por el momento, no se ha anunciado si continuarán las movilizaciones en Zalaeta.
Entre los manifestantes se encontraba también un tercer grupo, más pequeño, que se disolvió ante los cánticos de los más radicales. Sin embargo, una de ellas se quedó para repartir un manifiesto firmado por ‘ciudadanos indignados’ que expresaba su “malestar por la progresiva polarización que sufre la sociedad española y que considera que es fruto de las ansias de poder de la clase política”.