El picudo rojo puede atacar dos veces en el mismo sitio y de ello es testigo el callejón de la Estacada, en pleno centro de la ciudad. A finales de 2021 la plaga le arrebató a este rincón de La Marina su histórica palmera, que ocho meses después fue plantada de nuevo tras ser trasladado un ejemplar desde O Ventorrillo, donde creció durante años. 

Ahora, un año y medio después, esta palmera está enferma por culpa del picudo rojo y el Ayuntamiento la está tratando, según informan fuentes municipales. Todo depende de si el insecto ha roído ya el núcleo de la palmera, lo que se denomina yema. Si es así, el árbol está condenado. Quedarse sin palmera supondría un revés para los hosteleros de la zona, como ya manifestaron en 2021, ya que aporta sombra a las terrazas en verano, además de servir como refugio para gorriones. 

La plaga irrumpió en A Coruña en el año 2017. Entre octubre y noviembre fueron más de veinte palmeras las que desaparecieron del patrimonio arbóreo de la urbe y, según expertos consultados, su proliferación es imparable. Fuentes municipales aseguran que, si hace siete años había 900 ejemplares públicos, ahora hay un 10% menos. Es decir, el 90% de las palmeras resisten. Los datos aportados excluyen las que se encuentran en propiedades y jardines privados.

El Gobierno municipal destina desde hace años importantes recursos humanos y materiales a la lucha contra el picudo rojo. Indican, además, que se realizan todos los esfuerzos para contener el avance de una plaga que, por desgracia, afecta a día de hoy a muchas palmeras del sur de Europa.

Recursos

El servicio de Jardines municipal está poniendo en práctica tanto acciones preventivas en los puntos más emblemáticos, como los jardines de Méndez Núñez, como talas cuando ya no es posible salvar los ejemplares. Todo ello, eso sí, en las palmeras municipales. “Hacemos también un llamamiento a todos aquellos particulares que tienen palmeras infectadas, a que actúen con toda la celeridad con las talas para evitar la transmisión de plaga a otros ejemplares”, añade el Gobierno municipal. 

Méndez Núñez, el palmeral más emblemático de la urbe y uno de los pocos que quedan en pie en Galicia, sigue intacto, según el Ayuntamiento, aunque fuentes del Grupo Naturalista Hábitat dicen que está infectado.