El fenómeno de la okupación se sigue cebando en edificios viejos, algunos de ellos vacíos desde hace años, y que abundan en la ciudad. El caso más reciente que ha trascendido tuvo lugar ayer en el número 20 de Camino de la Iglesia, en O Castrillón, donde se registró un allanamiento a las tres de la madrugada del martes al miércoles, cuando alguien forzó la puerta de un inmueble de dos pisos de altura. La Policía Nacional acudió al lugar e inspeccionó el inmueble, sin hallar a ningún sospechoso.

Horas después, mientras reparaban la puerta de forma provisional, colocando tablones en el boquete, el dueño, Fernando Gómez, explicaba  lo que había ocurrido. “El vecino, sobre las tres de la mañana, oyó ruidos, salió al exterior y vio que estaban golpeando la puerta, machacándola, y consiguieron abrir un agujero en la puerta baja de la puerta”. Cuando observaron el interior, descubrieron herramientas y otros objetos que habían dejado los allanadores tras de sí cuando se dieron a la fuga al saberse descubiertos. “Si estuvieron arriba, marcharon”, comenta el vecino.

Por supuesto, el dueño se apresuró a llamar a la Policía Nacional, que entraron en el inmueble y revisaron sus dos pisos. “Estuvieron arriba, ya por la mañana, en nuestra compañía”;  aclara Gómez. Después de quedarse más tranquilo, procedieron a tapar el boquete abierto en la parte inferior de la puerta con unos maderos, a la espera de instalar una barrera más resistente.

“Ya hemos llamado para que vengar para tapiar los accesos”, comenta el propietario. Ya es el tercer intento de allanamiento que sufre en su propiedad, que lleva abandonada unos ocho años, y sabe que no está segura. Las ventanas del entresuelo ni siquiera tienen barrotes, y es habitual que se produzca repetidos intentos, como ocurrió en la ronda de Nelle, donde en diciembre de 2021 los okupas consiguieron apropiarse de un chalé al tercer intento.

Una prevención efectiva es el tapiado de puertas y ventanas (y la más extendida) así como la instalación de alarmas conectadas con empresas de seguridad.