La noche del sábado resultó especialmente agitada, puesto que la ciudad estaba llena de gente que había salido para contemplar el encuentro entre el Deportivo y el Albacete. Después de que finalizara, muchos decidieron ahogar sus penas en alcohol, y el resultado fueron locales abarrotados y calles llenas de gente bebiendo, quejas de los vecinos y la inevitable aparición de la Policía Local y su inseparable bloc de multas (ahora PDA). De hecho, la Policía Local impone tantas sanciones que hay que priorizar cuáles se tramitan. Y para dar ejemplo con los bebedores más escandalosos, el Ayuntamiento está priorizando sus sanciones.
Por ejemplo, el sábado se impusieron una docena de estas multas por las típicas infracciones. “Normalmente se deben a tres causas -comenta un agente- por orinar en la calle, por armar ruido, o por beber en la vía pública”. También, no hay que olvidarlo, por insolentarse con la autoridad, que no lleva bien lo de tener que soportar a gente a la que con algunas copas de más se han convertido en expertos en Derecho. Normalmente acaban con una multa por desobediencia o por menosprecio a la autoridad. Todos estos casos se dieron durante la madrugada de ayer y se tramitarán cuanto antes.
También se multó a cuatro locales por permitir que sus clientes sacaran las bebidas fuera del establecimiento
La idea es simple: utilizar el boca a boca. El Ayuntamiento tiene interés en que las sanciones lleguen a las casas de los infractores (muchos de ellos muy jóvenes) y con ellos la multa, que suele rondar los 200 euros, que en muchos casos, se traduce en una conversación tensa con los padres que tienen que pagar la cuenta de la fiesta de su hijo. De ser un adulto, el efecto es más directo en su cuenta corriente. “Una vez que les llega, se lo cuentan a sus conocidos, y eso tiene un efecto en el resto de la gente”, comentan las mismas fuentes.
Los vecinos de zonas como el Orzán se quejan al Ayuntamiento continuamente del escaso comportamiento cívico de parte del público que sale a disfrutar del ocio nocturno y comete gamberradas. La alcaldesa, Inés Rey, ha repetido en varias ocasiones que es posible disfrutar de la noche y respetar al mismo tiempo a los vecinos y eso se traduce en una mayor presión por parte de la Policía Local para conseguir que las calles sean lo más tranquilas posibles incluso un sábado por la noche.
Los derrota del Deportivo permitió que los vecinos de Cuatro Caminos pudieran dormir a pierna suelta, en vez de escuchar el ruido de las celebraciones hasta las dos de la madrugada. Sin embargo, seguía habiendo una gran cantidad de gente en la calle que se dirigió a la zona de copas. Las calles del Orzán, Perillana y Vista se llenaron de clientes que abarrotaban la vía pública. El Orzán, que llegó a estar abarrotado como en sus mejores tiempos, por lo menos hasta las cuatro de la madrugada, cuando cerraron los establecimientos y la Policía Local procedió a desalojarla para evitar el alboroto producido.
Además, se impuso sanciones a cuatro locales por permitir a los clientes sacar bebidas a la calle. Sancionar a los locales es relativamente más fácil que controlar a las multitudes en la calle, puesto que, al tratarse de una vía pública, tienen derecho a estar allí, pero la normativa sanitaria autonómica, que se aprobó durante la pandemia, nunca llegó a derogarse, así que la Policía Local puede echar mano de ella para sancionar a la gente solo por beber en la calle, algo que no era posible cuando se celebraba el botellón.
A pesar de estas actuaciones, los vecinos del Orzán distan de estar satisfechos, y echan de menos la tranquilidad que existía durante la pandemia, cuando los locales estaban cerrados. Además, la reapertura del ocio nocturno ha venido acompañada de un nuevo fenómeno: la popularidad de pequeños altavoces portátiles que están conectados al teléfono móvil por Bluetooth y que permite a los jóvenes escuchar música por la calle.
“También estamos multando por ese motivo”, comenta un agente. Estos pequeños aparatos suponen una infracción a las ordenanzas medioambientales y a veces, se confiscan.