En tiempos de incertidumbre, es natural tratar de predecir el futuro. En el caso de los procesos electorales, existen métodos más efectivos que echar las cartas o leer los posos del café. En Estados Unidos, además de la marmota Phil para predecir el invierno, cuentan con el estado de Ohio para predecir el resultado de las presidenciales.
Viene siendo así desde 1964. Ohio es uno de esos famosos estados bisagra que no es por tradición ni demócrata ni republicana, sino que varía. Los expertos coinciden en describirlo como una perfecta reproducción del país, pero en pequeño, tanto por su diversidad social como cultural. Los resultados de Ohio nunca se han desviado más de un 3% del resultado nacional.
Galicia cuenta también con varios pequeños ‘ohio’ dispersos por su geografía. El único criterio es que la distribución de los votos en el municipio debe ser muy semejante al resultado a nivel autonómico. El más exacto es la pequeña localidad de As Neves, en Pontevedra: la desviación con respecto al resultado autonómico es de 1,25%.
Esta es la suma de las tres fuerzas con representación: el PP, con un 0,11%; el BNG, con 0,94%, y PSdeG, con 0,20%. Los nevenses pueden considerarse los auténticos representantes de la voluntad popular gallega. Por lo menos, a nivel electoral. Existen otros municipios, no tan precisos, pero igualmente interesantes para los expertos en demoscopia: Pontecandelas, también en Pontevedra (1,86%), y Barbadás (2,01%), en Ourense.
Este fenómeno obedece a varios factores: los estratos de población por edad y por renta. Esto parece ser mucho más importante que otros factores, como el sexo. Y como la mayor parte de los inmigrantes no pueden votar más que en municipales, no son significativos sin importar el porcentaje real que supongan en una población.
Pero los gallegos se limitan a votar a los parlamentarios que figuran en la lista de cada partido, en cada una de las cuatro circunscripciones. Luego, los reunidos los diputados, votarán en O Hórreo quién será presidente. Así que cada provincia puede presumir de sus propios ‘ohios’ o termómetros electorales que tienen más importancia para los politólogos.
A Coruña, por ejemplo, cuenta con Arteixo, cuya desviación es del 3,04% sobre el resultado total de la provincia. Pero, este porcentaje varía según cada partido: es más preciso con el PSdeG, con un 0,4% de margen de error. Le sigue el BNG, con 0,74%, y el PP queda en la cola, con un 1,90% de desviación.
Otros dos ‘termómetros’, aunque menos fiables, son Brión, cuya desviación es del 3,39%, y el más cercano geográficamente, Oleiros, que pese a ser el municipio con la renta per cápita más alta de Galicia, puede presumir de un margen de error de 3,71% con respecto a la provincia. Esto demuestra que, aunque en ese municipio residan varios millonarios, su voto no vale más que el del resto de los oleirenses.
Hacia el este, en la provincia de Lugo, se encuentra el municipio de Rábade, el más pequeño en extensión de la circunscripción. Y, pese a ello, la desviación sobre el resultado total de su provincia es de 2,37%.También es bastante fiable el resultado de Chantada (con un 4,20% de desviación) y Lugo capital, aunque el margen se amplía hasta el 5,64%.
En cuanto a Ourense, el espejo en el que se mira esta provincia es Maceda, con un margen de error de 2,93%, seguido de Sandiás, con un 4,28% de desviación y A Rúa, que ya llega hasta el 6,66%. Finalmente, Pontevedra, puede mirarse en Mos, con una desviación de, 2,23%, así como en Vilagarcía de Arousa, con un 2,97%, y en Mondariz, con 3,80%.
Este patrón no se repite en elecciones municipales ni en generales, aunque en estas últimas se asemeje un poco más. Pero permite a los expertos saber donde realizar sus sondeos y al público en general hacer un seguimiento de estos puntos clave. Quizá, si quiere saber quién va a ganar las autonómicas, deba preguntárselo a un arteixán.