Cómo era la industria y el comercio de la ciudad hace exactamente un siglo es una pregunta a la que da respuesta ‘La Coruña y su provincia: guía patrocinada por la Sociedad del Fomento del Turismo’, una publicación de corte turístico editada en 1925. Junto a numerosas fotografías de la ciudad (incluida la primera aérea) y de su provincia figuran numerosos anuncios publicitarios. Repasemos algunos de ellos.
A página entera se promociona el balneario La Salud, situado en el número 22 de Rubine. Se trata del gran establecimiento de baños de pila, oleaje y duchas fundado en 1881 por Juan Villardefrancos. En 1925 su propietario era, y así figura en el anuncio, Ramón Dorrego, que moriría al año siguiente.
El gremio farmacéutico tiene dos ilustres representantes: Villar y Pardo Reguera. Por una parte, están los Sucesores de J. Villar, es decir, la casa fundada en 1827 que hoy sigue en activo y que, por entonces, además de productos farmacéuticos, de droguería y de perfumería despachaba “artículos fotográficos” y el “material completo para la pintura decorativa al óleo, acuarela y pastel”. Su dirección era Real 82-84. En 2022 se trasladó del 82 al 80 de esa misma vía.
En esa misma calle, en el número 92, estaba la farmacia de A. Pardo Reguera. En realidad, la regentaba Antonio Pardo García, hijo del también farmacéutico, y pintor, Gumersindo Pardo Reguera. El establecimiento tenía incluso “un laboratorio fotográfico (...) con entregas dentro de las 24 horas”. Antonio, que fue el mejor amigo de Picasso en A Coruña, murió poco después de la publicación de esta guía, en 1928.
Hoy sigue habiendo una botica en ese mismo local de Real, 92, frente a la entrada del Sporting Club Casino.
La calle Real cuenta ahora con una juguetería, lo que evoca aquel tiempo en que estaba lleno de bazares donde las familias se surtían para contentar a los críos. Uno de ellos se anuncia en la guía: el Bazar Otero, que entonces era uno de los más reputados, hasta el punto de que fueron ex empleados de este local, sitio en Real 10, los que después emprendieron y crearon los también famosos Bazar Freijido, que cerró en 2005, y Bazar Pepe, en 2017.
En otra calle muy comercial, San Andrés, tenía su ultramarinos la familia Fojón. Vendía “víveres finos” esta “casa fundada en 1884”, como se promociona en la publicación. Ocupaba el bajo del número 53, donde hasta hace unos meses estaba abierto Abarrote Vinos y Tapas. Este local fue una de las primeras sedes del Deportivo, pues ahí despachaba todo el papeleo del club a comienzos del siglo XX Salvador Fojón, que fue también el primer portero de la historia blanquiazul.
Otra familia relacionada con el fútbol que aparece en la guía es la que regenta Fotografía Portela. Varios hermanos con ese apellido jugaron en el Deportivo y después montaron un estudio fotográfico, que es el que se anuncia en la guía, en el primer piso del número 5 de la calle Real.
Volviendo a San Andrés, en los números 41-43 tenían su sede Grandes Almacenes Nuevo Mundo, seguramente los más prestigiosos de la ciudad coruñesa en 1925.
La Estrecha de San Andrés era territorio chocolatero. Por un lado, La Proveedora Gallega, fundada por Juan Vázquez Pereiro en 1906. En su anuncio aparece un velero porque en su tiempo mandaba mercancía a Nueva York. Desapareció en 2008, cuando la regentaba María del Carmen Vázquez, nieta del fundador. Doblemente premiada en la Exposición Internacional de Roma era la Gran Fábrica de Chocolates La Esperanza, situada en el número 9 de esa misma calle y que se anuncia también en la guía.
En el 4 de la Estrecha de San Andrés se ubicaba una de las dos tiendas (la otra en San Nicolás, 37) de Casa Campos, la “más surtida y mejor instalada de Galicia”, fundada en 1885. Rivalizaba en la época con Calzados Pío Núñez (Real, 35 y Cantón Grande, 1).
Aunque si hablamos de este gremio no podemos olvidar la Gran Fábrica de Calzado de Ángel Senra, situada en el lugar de A Parromeira y con capacidad para producir 1.000 pares diarios. Senra, que ya talludito asistió a clase con Picasso en la Escuela de Bellas Artes local, será en 1931 el primer alcalde republicano de la ciudad. La empresa, que en 1925 tenía puntos de venta en A Coruña, Ferrol y Vigo, sufrió la muerte de su fundador en 1932 y en 1934 cerró sus puertas.
Otro hombre ilustre de A Coruña de la época era Victoriano Sande, el peluquero del Cantón Grande 3 y 4, que contaba en su salón con “aparatos para masaje facial por los rayos ultravioleta” y “con teléfono público”, según se destaca en su anuncio.
La tradición sombrerera es larga en la ciudad, y en la publicación que estamos diseccionando está representada por Zytro, “la de más importancia de Galicia”, sita en Santa Catalina, 10. Julio Ortiz era el dueño de un local en el que podías comprar desde un borsalino italiano a un Stetson de Filadelfia.
Ya más lejos del centro de la ciudad, en el 47 de Fernández Latorre, se ubicaban los almacenes de maderas de Antonio Jaspe, un apellido asociado tanto al ayer como al hoy del comercio de la ciudad herculina.