El ‘capricho’ de Juan García Naveira, el espacio “enciclopédico” al que apuntó Luis Seoane y el “anticipo del naïf” que señaló Carlos Martínez-Barbeito es también un manantial inagotable de curiosidades y anécdotas, casi siempre vinculadas a la solidaridad y el compromiso social de su creador que, entre 1893 y 1914, en abierta contradicción con las élites más conservadoras, se entregó a la construcción de El Pasatiempo.
La que en la capital mariñana todavía conocen como la ‘Huerta de Don Juan’ se convirtió en un área de esparcimiento y conocimiento al servicio de la ciudadanía, de su educación y su cultura, y avanzando a través de sus caminos, entre esculturas y mosaicos, no solo aprendieron los niños de Betanzos. Así lo evidencia un artículo de El Ideal Gallego del 15 de julio de 1924.
La reseña, recogida por José Souto Santé, autor de ‘El Blog de El Pasatiempo’ y uno de los que más sabe de este espacio, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2020, informa de una excursión de los niños y niñas de las Escuelas Labaca y Parroquiales de Santa Lucía de A Coruña a El Pasatiempo de Betanzos.
Los excursionistas se desplazaron hasta la ciudad “llevando banderas y cartelones de las respectivas escuelas y la gaita y tamboril”, acompañados del “director espiritual y protector de aquéllas, el canónigo señor Sánchez Mosquera; el director y profesoras de ambas, gran número de familias y el jefe de la sección administrativa de Instrucción Pública, don Nicolás Arias”.
En la estación los recibieron “don Juan García Naveira, don Eduardo González, don Joaquín López Fulla, don José Víctor Suárez, don Jesús García Iribarne, don Arturo Ganot Golpe; el arcipreste de Pruzos, don José Baños Noya; todos los miembros de la Junta del Patronato de las Escuelas García Hermanos; el delegado gubernativo, don Jesús Martínez, y por el Ayuntamiento de Betanzos el concejal don Manuel Pérez; todos los niños y niñas de las escuelas del expresado Patronato, y mucho público, que tributó a los excursionistas un cariñoso recibimiento, disparándose profusión de cohetes”, publica este diario en su edición del martes 15 de julio de 1924.
La agenda continuó con una misa en la iglesia de Santiago de Betanzos, en que “el coro de las Escuelas Labaca cantó unos motetes, acompañados a armonium por el profesor señor Anta Seoane”; con un recorrido “por los demás templos de la ciudad” y “una espléndida comida” en las Escuelas García Hermanos.
El colofón lo puso la visita a “la hermosa finca del señor García, conocida por El Pasatiempo, donde merendaron, y a las ocho y media se hizo el regreso, siendo despedidos en la estación por las mismas personas el mismo entusiasmo que a la llegada (...) Por la noche, en las Escuelas Labaca, se quemaron varios fuegos de artificio”, termina la crónica de El Ideal Gallego.