La música requiere dedicación. Forjarse un camino en este ámbito supone una larga preparación que se debe iniciar en la juventud. Muchas familias aspiran a que sus hijos aprendan a tocar un instrumento que vaya más allá de la flauta sin saber como inculcarle este arte. El Conservatorio Profesional de A Coruña (CMUS) y el Superior (CSM) proveen las claves para lograrlo.
Cada año, en torno a 70 alumnos ingresan en el CSM para proseguir con su larga preparación dentro del mundo de la música. “Una familia tiene que tener mucha paciencia y dedicar cierto presupuesto a la compra de algún instrumento. Además, los chicos deben invertir una parte de su tiempo diario a estudiarlo”, cuenta Julio Mourenza, director del Conservatorio Superior de Música.
El Grado Elemental se inicia a los ocho años, aunque la edad máxima para entrar son los 14. Para optar a este modelo de aprendizaje, es necesario superar una prueba específica. No se exige que los pequeños conozcan ningún instrumento, sino que se evalúa su aptitud con ejercicios sencillos. Cantar una canción o repetir el ritmo de una melodía que se acaba de escuchar son tests que permiten conocer la habilidad innata del posible estudiante. Una vez admitidos, los niños pasarán cuatro cursos en paralelo a la enseñanza obligatoria. Al principio realizan dos asignaturas: Lenguaje Musical y un instrumento. Este último punto muestra la variada selección de posibilidades entre percusión, cuerda y viento.
“Una cosa interesante que se hace es una reunión para hablarles de todos los instrumentos. Se trata de una forma de divulgación porque hay algunos que los niños no suelen pedir porque no los conocen”, afirma Mourenza. Dado que existen algunos que son especialmente caros, el centro educativo permite que los alumnos los utilicen mientras se adaptan a él.
Aprender a tocar y los apartados de teoría cubren estos cuatros cursos que continúan tras obtener el
Certificado de Estudios Elementales y pasar al Grado Profesional. De nuevo se requiere una nueva evaluación más compleja para entrar en este nivel, compuesto de seis cursos. La formación ofrece contenidos prácticos más específicos centrados en una especialidad, que consiste en el instrumento musical.
Pasados los seis años, el estudiante obtendrá el Título de Técnico de las Enseñanzas Profesionales de Música y deberán decidir si continuar hacia el Conservatorio Superior de Música. En caso de elegir este camino, los alumnos se postulan “Tienen que dedicar bastantes horas. Ya no se trata sólo de tocar un instrumento. Hay muchas asignaturas teóricas en torno a la armonía, la composición”, comenta Julio Mourenza.
El Centro Superior ofrece cuatro especialidades: interpretación, dirección de orquesta, pedagogía y composición. Esta licenciatura musical dura cuatro años y, al igual que cualquier carrera, finaliza con un Trabajo Final que puede ser la realización de un concierto o la creación de una pieza.
El director del Conservatorio Superior cuenta que existen variedad de salidas. La enseñanza en colegios es una alternativa para muchos graduados así como las bandas municipales y locales.
El audiovisual también abarca una salida para los compositores, ya sea con la banda sonora de series y películas o el ritmo pegadizo de un anuncio.