Reportaje | Santa Margarita reivindica la ineludible tradición de una Romería que une al pueblo coruñés

Reportaje | Santa Margarita reivindica la ineludible tradición de una Romería que une al pueblo coruñés
La Banda Municipal de Música, en su concierto de ayer junto a la Casa de las Ciencias | Quintana

Llegó el día. Llegó y hasta Lorenzo brilló para que el parque de Santa Margarita pudiera dar un buen broche final a las Fiestas de María Pita con la celebración de la última jornada de su tradicional Romería.


Es cierto que los tiempos cambian; que el lugar que los más mayores y los nietos de estos, por influencia, conocían como el monte de Santa Margarita es hoy un parque; que los patos ya no están para darles de comer gusanitos; que cuando llega el final de agosto hay menos gente a la hora de comer.


Pero ahí sigue Santa Margarita, a la sombra de la cúpula de la Casa de las Ciencias. Es un lugar del pueblo y este domingo, en la última jornada, el pueblo la reivindicó.


Desde las 12.00 horas la fiesta comenzaba con la Banda Municipal de Música y la ‘foliada’ de Cántigas da Terra. No fue la única música que sonó. 

 

A lo largo del día, propios y extraños disfrutaron de las propuestas de Pesdelán, Espadana y Caldo, que en la noche cedieron el cierre musical a Xabier Díaz y Adufeiras de Salitre, Fetén Fetén y Startijenn. Los fuegos se encargaron de iluminar el cielo para hacer saber que Santa Margarita resiste.


Balance 


Es cierto que los feriantes ponen de relieve una bajada de la afluencia. María y Carlos Alberto despachan fichas para las colchonetas y los hinchables de los que disfrutan los más pequeños. Los dos son noveles en la fiesta, María es primeriza y Carlos Alberto repite por tercer año.

 

 A ellos se suman veteranos como Domingo Antonio con sus garrapiñadas que cuenta 15 veranos en Santa Margarita y otros, como María Manuela y sus roscas o Carlos y sus churros, que llevan cuatro décadas siendo parte de un evento al que casi vieron nacer, como señalan. 


Discrepan sobre si este año ha sido mejor o peor para ellos que el anterior y conjeturan sobre los por qué. Para Carlos Alberto son las dificultades económicas de las familias y para María Manuela y Carlos el cambio de fechas que provocó el retraso de la cita haciéndola coincidir con una mayor oferta de ocio en la ciudad y sus alrededores. 


La tarde es el punto más fuerte del evento. Domingo Antonio lamenta que “antes había moitas merendas, agora a xente ven, pasea e marcha a casa a comer. Antes as familias pasaban todo o día aquí”. 

 

Uno se pregunta, entonces, si las Fiestas de María Pita serían lo mismo pues sin la Romería. 

 

Es el momento de que hable el pueblo, que es el único que ordena. Y no, “a Romería é innegociable totalmente”, remata María acompañada de su pareja y sus niños. “Vimos xeración tras xeración, é unha tradición familiar que temos”. 

 

Benilda y sus dos amigas también son fieles a Santa Margarita donde ella vivió durante muchos años cuando aún se le llamaba “el monte”, una línea que sigue Mónica que mientras prepara la comida en una mesa plegable afirma que vienen todos los años y que “sin la Romería las fiestas no serían lo mismo. Es una cita ineludible”.

 

 Hay futuro, y, si quedan dudas, que se lo digan a Juana, que ha venido desde Ourense a Santa Margarita, “un sitio espectacular, con moito espazo para pasear e ir cos nenos”. Es, destaca, “unha Romaría como as de toda a vida”. Bueno, pues eso no se cambia por nada. 

Reportaje | Santa Margarita reivindica la ineludible tradición de una Romería que une al pueblo coruñés

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