Uno de los barrios con más sentimiento de pertenencia de A Coruña, el que en su día acuñó el concepto ‘ser de la Sagrada’, quiere que ese cariño u orgullo se reflejen en apoyo con rúbrica para la asociación vecinal que defiende los intereses de la zona. Por ahí pasa la iniciativa que la directiva se ha puesto como gran reto para las próximas semanas: acabar con la desproporción entre la población real y la que pasa por caja para apoyar a la asociación, que actualmente cuenta con apenas medio centenar de colaboradores con los pagos al día.
Es un hecho de sobra probado a través de iniciativas y movilizaciones que, a determinación, pocos le ganan a los vecinos de la Sagrada Familia. Por eso, la directiva hará un despliegue similar en esfuerzo al que ya en su día empapeló el barrio contra la proliferación de desperdicios. Irán puerta por puerta, portal por portal, repartiendo dípticos y motivos para unirse al movimiento. “Queremos ser muchos más de los que somos, llegar a todas las casas, porque es entre todos como podemos llevar buenos proyectos al barrio: la peatonal, aceras nuevas, señales o plazas de aparcamiento”, sentencia Juan Rodríguez, máximo responsable de la entidad que representa a los residentes. “También se organizarán más eventos como los concursos de tortillas o de orejas, y seguro que así también serán mejores las fiestas del barrio”, añade.
No solamente con vecinos quiere fortalecerse la asociación, que también pone el foco sobre la hostelería y el comercio, a los que, por otra parte, siempre ha puesto al frente de sus prioridades. Así, la cuota anual será de 20 euros para los establecimientos y de 12 para los vecinos. “Creemos que, por un euro al día, la contraprestación puede ser muy importante. Luego es muy fácil pedir cosas y no estar asociado”, advierte Rodríguez. “Una asociación con muchos socios y poderío social es vista con otros ojos cuando se llama a la puerta de las instituciones”, prosigue.
En el díptico que tendrán todos y cada uno de los residentes de la Sagrada Familia se ha hecho una especie de memorandum de actividades, reivindicaciones y logros de la actual directiva a lo largo de los dos últimos años, además de un llamamiento a aumentar ese calado social y el poder de penetración de la asociación vecinal. “Es contar cómo hace dos años nos juntamos ocho personas para dar voz al barrio y cómo ha cambiado”, indica.
Actualmente, la asociación vecinal de la Sagrada Familia cuenta con un local social propio y ha sido pionera en iniciativas como las fiestas gastronómicas, concursos de dibujo, la entrega de insignias a personalidades del barrio o la protesta activa en casos como la proliferación de voluminosos, la inseguridad o el control de la pista deportiva. Además, Juan Rodríguez y sus compañeros también se encargaron de hacer un llamamiento a la calma cuando el problema de la okupación llevó a protestas a pìe de calle.
Ahora que los jabalíes se pasean por buena parte de la ciudad y campan a sus anchas por las zonas más características, los vecinos de la Sagrada Familia podrían aplicar aquella canción del Xabarín Club: "Socio, busco socio".