El Dj y productor británico Samuel Kerridge regresa a A Coruña para ser parte del fin de fiesta del Fanzine Fest, el sábado 9 en la sala O Túnel. La exploración sonora de los límites del techno y sus singulares propuestas se entrelazarán con las de otros artistas como Jean Fixx, Steffi o Angel Novcad, entre otros.
El propio artista deja claras sus intenciones para su actuación en A Coruña dirigiéndose al público: “¡Preparaos para una revuelta!”. Y es que el británico, fiel a su idea artística, promete “total porn” para los oídos más musicales y “anarquía” para los más punks.
Kerridge explica que “siempre he tenido unos gustos musicales muy eclécticos”, por lo que no “veo problema en entremezclar géneros”, refiriéndose a esa exploración más allá del techno que le he llevado a sonidos más industriales, e incluso post punk. “Si suena bien, ¿por qué no?”, se pregunta, no sin añadir que “una mente abierta y mi voluntad de explorar más la música contribuyen a ese espíritu”.
Regresa a A Coruña, donde ya actuó hace seis años, también de la mano de Fanzine Project, en otro enclave como la sala LeClub. “Es una ciudad fantástica y llena de pasión, siempre es una gran experiencia”, comenta y asegura que “en el norte estáis hechos de otra manera”. Y es que Kerridge asegura ser un apasionado de España, tanto del “país, su gente, la comida... y la lista seguiría”. “Tengo muy buenos recuerdos de España, deberíais hacerme ciudadano de honor, algún día me tendré que ir a vivir allí”, bromea.
Y otra de las facetas que le hacen querer volver a país es la pasión con la que se enfrentan a este tipo de creaciones artísticas, una pasión que iguala con la de los italianos. “La gente puede ser más conservadora en Alemania y otros países del norte de Europa, yo soy de emociones crudas y quiero a la gente gritándome a la cara”, explica.
A pesar del boom que está viviendo la música electrónica, la experimentación no sigue el mismo ritmo. “Antes del covid había un buen apetito para la música experimental”, comenta, pero se muestra esperanzado de “que el público y los promotores empiecen a demandar música más desafiante y con más visión de futuro”.
Su “obsesión” por la música electrónica nació en los primeros años 90, cuando “mis padres nos llevaban a mí y a mi hermana a fiestas de acid house en Inglaterra”. Ese fue el escalón previo a, de adolescente, empezar a pinchar, lo que lo llevó al siguiente paso natural, producir sus propios sonidos, “para satisfacer a mi musa interior”. En cuanto a lo que entraba por sus oídos, explica que “siempre escuché un montón de punk y de música con guitarras como base” y siempre se alineó con la escena de 'hazlo tú mismo’.
Ahora, se cumplen diez años de su primer LP, ‘Fallen Empire’, un hito en una constante evolución de la que el propio Kerridge asegura que nunca le llevará a abandonar “mis principios”: “Ser fiel a mi mismo como artista y nunca vender mi alma”. Y pese a tener claro eso, “sigo intentando llevar mi sonido más allá y experimentar con el arte”, por lo que “lo mejor de mí aún está por llegar”, asegura el artista británico.