San Cristóbal cede su acera para ganar un carril para la incorporación a Matogrande

El proyecto de adecuación de los márgenes todavía está pendiente de licitación al prorrogarse los presupuestos
San Cristóbal cede su acera para ganar un carril para la incorporación a Matogrande
El arcén protegido por el jersey de cemento es el acceso más directo que tienen los peatones en San Cristóbal | Mónica Arcay

El proyecto de ampliación de Alfonso Molina, en A Coruña, ha ocupado muchas portadas, pero todavía no es bien conocido por lo  coruñeses, y por eso los representantes vecinales han demandado información al Estado, con el que se han reunido. En teoría, se trata de hacer más amable la avenida, de reducir la velocidad a la que se circula por ella y convertirla en un bulevar. Pero también en aumentar su capacidad, por eso se va a añadir un carril en la avenida de San Cristóbal: Demarcación de Carreteras proyecta construir un enlace que permita acceder desde la avenida de San Cristóbal en dirección salida, dando así un acceso directo a Matogrande, o al Barrio de las Flores.

 
Este detalle ya era conocido pero el problema es que, para dejar espacio a este nuevo carril, debe eliminarse una acera. O más bien, un arcén protegido por un jersey de cemento que presenta un gran servicio a los peatones que se desplazan entre O Birloque y Matogrande. Su eliminación obliga a los conductores a cruzar por la pasarela peatonal y caminar por el otro lado de la avenida, para luego volver a cruzar por la otra pasarela peatonal. Son diez minutos  más de trayecto. 
 

Los vecinos requieren una solución. Pretenden que se respete el paso de peatones que existe justo frente al edificio de Mapfre y que así se pueda circular por la mediana. Otro paso de cebra les llevaría a la acera de Matogrande. Pero no hay que olvidar que este mismo mes se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la aprobación definitiva de este proyecto, de manera que el espacio para los cambios es escaso.
 

En el lado positivo, la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado para 2024 retrasará las obras de adecuación del entorno, que suman 5,9 millones de euros. En cambio, la obra de ampliación en sí ya está licitada, con un gasto plurianual de 18,5 millones de euros, de manera que comenzará a finales de este mismo año. 
 

Reordenación 

Si todo marcha según lo previsto (cosa que no siempre ocurre cuando se trata de obras públicas), estará concluida en 2026. Copisa Constructora Pirenaica será la encargada de llevar a cabo los trabajos, que contarán con un plazo de ejecución de 24 meses. Para lograr este objetivo, han sido proyectadas nuevas vías de servicio laterales en ambos sentidos de circulación que permiten reordenar los accesos existentes. 
 

Esto es lo que preocupa a los representantes de los barrios. Por ejemplo, en el caso de Matogrande, no está claro cuál será el resultado final del muro acústico que separa las casas de la avenida de Alfonso Molina. La obra costó 131.000 euros y se levantó hace un año. También están preocupados por la tala de 35 cipreses en una de las zonas ajardinadas cercanas a Alfonso Molina. 

 

Los técnicos de Demarcación de Carreteras aseguraron desconocer este hecho, para desconcierto de los vecinos, que consideran que es una muestra de la poca “conciencia verde” que existe detrás de un proyecto que, precisamente, trata de humanizar esta gran vía, reduciendo su velocidad y el ruido que genera. 

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Más tráfico, menos siniestros 

Aunque la AC-11 contará con un carril más en cada  sentido entre Ponte da Pedra y la  AP-9, también reducirá su velocidad de los 80 kilómetros actuales a 70. Además, los carriles exteriores verán reducida su velocidad a 50 kilómetros por hora en su tramo más cercano a la ciudad, mientras que en los arcenes se instalarán carriles bicis y paradas de autobús. La idea es que Alfonso Molina deje de parecer una autopista. 

 

Sin embargo, el tráfico no dejará de crecer, sin importar la velocidad a la que fluya: las estimaciones son que en menos de una década crezca un 33% el número de vehículos. Eso situaría los viajes que registra Alfonso Molina en un día (en un sentido u otro) en torno a los 160.000. A pesar de que la política actual pasa por fomentar el transporte público, el privado aumentará en los próximos años, y será necesario adaptarse a este fenómeno. 
 

Sobre todo, en hora punta: el tráfico desde los carriles de la AP-9 se dirige a  la ciudad y el del centro de la AC-11 busca  los polígonos y se cruzan. Actualmente, llegan a juntarse 5.000 vehículos en los picos de densidad de circulación y, cuando un vehículo frena para tratar de cambiar de carril, se producen alcances. Esto da lugar a un “colapso importante”, como había señalado el jefe de Demarcación de Carreteras de Galicia, Ángel González del Río.
 

Las obras acabarán con ese peligroso cruce en sentido entrada. En el enlace a la avenida de San Cristóbal permitirá que el tráfico del interior de la ciudad llegue a Matogrande de forma directa. Pero los residentes quieren saber más sobre cómo les afectará a ellos, que serán los usuarios de las sendas peatonales, la aceras y los carriles bici que convertirán Alfonso Molina en un bulevar. 

San Cristóbal cede su acera para ganar un carril para la incorporación a Matogrande

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