Santiago Vázquez | “Las especies invasoras no tienen la culpa, es nuestra por no saber manejarlas bien”

Santiago Vázquez | “Las especies invasoras no tienen la culpa, es nuestra por no saber manejarlas bien”
Vázquez, junto a unos ejemplares de plumacho | Patricia G. Fraga

Seguro que no es la primera vez que han escuchado hablar de picudo rojo o avispas asiáticas. De hecho, ambas son dos de las especies invasoras que más titulares y portadas han copado pero no son, ni de lejos, las únicas que amenazan la biodiversidad de A Coruña, Galicia o del resto de la Península Ibérica.
Y es que “las especies invasoras nos atacan por tierra, agua y aire”, señala Santiago Vázquez, de la entidad medioambientalista Hábitat.


Para Vázquez, conocer cuáles son esas especies es el primer paso para combatirlas, aunque no el único. En este sentido, explica que “hay que darse cuenta de que debemos diferenciar entre cinco categorías de especies invasoras: botánicas, fauna entomológica (insectos) y acuática, algas, aves y mamíferos”.


Una vez establecidas la categorías, se podría incluso elaborar un listado de las más letales entre ellas. En las botánicas destacan la planta regaliz, los plumachos, la uña de gato (que invade parte del entorno de la Torre de Hércules), la hierba nudosa japonesa, la acacia negra, la mimosa y la falsa acacia; en los mamíferos, el visón americano; en los insectos, la avispa asiática; en los reptiles, la tortuga de Florida; en las aves, el pico de coral y el ganso del Nilo; en las algas, la asiática y la alga alambre japonesa y, finalmente, en la fauna acuática, el cangrejo rojo americano, el carpín dorado, la perca americana, la almeja asiática y la ostra rizada.


Zonas de intercambio 


En A Coruña y su entorno, como Cecebre –“un auténtico vertedero de especies invasoras”, subraya el experto–, Arteixo o la ría de O Burgo es donde abundan algunas de estas especies. “Los lugares próximos a núcleos urbanos densamente poblados son lugares propicios para encontrarlas”, destaca Vázquez, porque “son zonas de intercambio de mercancías. Pueden llegar a través de los puertos, por la compra de productos exóticos por internet, en camiones o por el uso en la jardinería de forma involuntaria, desconociendo el impacto. Este fue el caso de los plumachos, cuando se implantaron en las medianas de las autopistas en los años 80”.


No obstante, “las especies invasoras no tienen culpa alguna, la culpa es nuestra por no saberlas manejar bien”, precisa Vázquez. Nuestro descuido y el de las administraciones son los principales problemas. Sin embargo, en ello reside también la solución. 

 

Para Vázquez, las administraciones deben mejorar su coordinación, establecer cordones sanitarios y aplicar las sanciones que indica la ley. Los ciudadanos, por su parte, deben aprender que la belleza de lo exótico  puede salir cara. 

Santiago Vázquez | “Las especies invasoras no tienen la culpa, es nuestra por no saber manejarlas bien”

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