Las cuenta atrás para el inicio de las fiestas de María Pita enlaza directamente con el último fin de semana de julio, en el que la actividad hotelera, hostelera y cultural es de por sí nutrida en la ciudad. Con la Feira das Marabillas aún en la retina y la fuerte apuesta municipal por la primera celebración sin restricciones en el horizonte, no solamente parece declarado el estado de felicidad para los ciudadanos, sino para un sector, el de la hostelería, que afronta el que puede ser su mes más beneficioso desde el verano de 2019. Y el punto 0 de ese sentimiento es la plaza de María Pita.
Los locales que se ubican a la izquierda de la entrada por la calle de Riego de Agua ofrecen de cara a los once días de celebraciones una suerte de palco VIP cuya experiencia consiste en sentarse a cenar y disfrutar de la actuación de turno con plena perspectiva.
El primero según se enfila el callejón, El Tequeño, es también el decano. Instalado en la misma esquina desde 1996, uno de sus responsables, Javier Pastoriza, cree que las fiestas sugieren una apuesta mayor por la actividad en la zona. “Esta plaza no se explota lo suficiente, podían haber más eventos y ser más provechosa para todos”, afirma el hostelero, que incluso variará ligeramente la propuesta de su delicia venezolana. “Esos días se trabaja diferente, así que haremos una carta adaptada para la noche”, advierte. Más adelante, el Bao Viene fue la última apertura. Desde 2021 ofrece el bocadillo asiático en su pequeño local, donde Juan Trashorras espera reforzar el personal ante la avalancha de clientes. “Esperamos gente aún con más ganas que en la Feira das Marabillas, se nota que tienen ganas de fiestas”, dice. “El año pasado la plaza de vaciaba cuando acababan los conciertos”, añade.
Por su parte, Uxía Queijeiro, prepara las piernas para hacer kilómetros pizzas en mano en La Quadriglia. “Ya hubo muchos ánimos en la Medieval y de cara a los conciertos lo que pasa es que son mesas que se quedan mucho tiempo y también consumen mucho”, calcula. “Va a venir gente de refuerzo de otros locales que tenemos”, prosigue. Al lado, The Breen´s Tavern es casi un seguro de lleno diario, con lo que conseguir mesa en día de concierto será un lujo. “Todos los días estamos a tope, pero vendrá mucha gente que pida para llevar”, pronostica Romnán, uno de sus 17 empleados.