José Antonio Franco Taboada tiene el síndrome del delantero centro: puede marcar muchos goles y ser ovacionado, pero siempre se acordará la ocasión perdida, la que le martirizará por siempre. En este caso, el gol que no fue lo representa para el histórico arquitecto coruñés un proyecto frustrado de viviendas que debería haberse levantado en la ronda de Nelle, con vistas al parque de Santa Margarita. Así lo confesó durante su ponencia en María Pita, con motivo de la ‘Semana da Arquitectura’.

Ante una sala de exposiciones a rebosar, con numerosos asistentes acomodando el trasero en el suelo, denonominó “mi proyecto frustrado” a una obra cuyos promotores eran Darío López Arias y otros empresarios, y que terminó por chocar con la normativa municipal. “Me lo pararon en el Ayuntamiento”, confesó el ideólogo de la estructura. Entonces, en 1977, era uno de los rostros más reconocidos de la ciudad, después de haber dado vida al coloso Torre Hercón, todavía a día de hoy el edificio más alto de Galicia y, por aquel entonces, uno de los tres techos de España. No quiso entrar Franco Taboada en demasiados detalles, más allá de exponer una maqueta y los planos previos a esta. En ellos se pueden adivinar tres estructuras de diferentes alturas y grandes balcones que hubieran figurado, seguro, entre las construcciones con más personalidad de la ciudad.

Viaje 

Invitar a Franco Taboada a hablar de construcciones verticales y torres es como si en su día le pidieran a Mozart unas palabras sobre música. En poco más de una hora consiguió pasar de la Torre de Hércules a sus propias construcciones. Lo hizo, como si de una ceremonia de los Juegos Olímpicos se tratase, con un salto de torre en torre en forma de ‘parkour’, con una pequeña parada en cada una aderezado con retranca e ironía. “Tenreiro instaló su estudio en lo alto del Banco Pastor. Yo pretendí hacer lo mismo en la Torre Costa Rica pero, cosas de la vida, ya no es mío”, confesó. Ya en serio, situó el que fuera rascacielos de España como el origen de la fascinación de los coruñeses por las alturas.

De orígenes también habló desde el punto de vista más personal para contar la historia de cómo el niño que a punto estuvo ser campeón del mundo de castillos de arena se convirtió en el gran artífice de la conquista del cielo en su ciudad. Apenas pasaron 15 años entre aquella cita en las playas francesas de 1960 (tenía 14 años) y la finalización de la Torre Hercón, en 1975.

El que fuera primera director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña pasó por sus “cinco torres y media” recordando también su legado en el centro cívico de Arteixo, la fachada de la Torre Esmeralda, el ITE de la ronda de Nelle o la Torre de los Maestros de Zalaeta. Y así finalizó una charla por todo lo alto.