Si alguien sabe lo que cuesta quitarse de encima el sambenito de barrio conflictivo esos son los vecinos de la Sagrada Familia, hartos de que la herencia de los ochenta aún se mantenga en ciertos prejuicios incluso dentro de su propia ciudad. Por eso, y también por el bien común y la eficacia del trabajo policial, la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia lanza un mensaje a medio camino entre la prudencia y la advertencia acerca de las actuaciones que pretenden tomarse la justicia por su mano respecto a temas de seguridad, narcopisos u okupaciones. "Hay que limpiar los barrios, pero lo que estamos haciendo es una mierda para la ciudad", subraya el presidente, Juan Rodríguez. "Droga en las calles ha habido siempre, no sólo en esta ciudad, sino en todas, pero no podemos difamar los barrios de esta forma. Es un desastre dar un imagen como si fuéramos el Bronx, porque lo que vamos a provocar es que nadie quiera pisar nuestros barrios", añade.
Rodríguez cree necesario marcar una línea de actuación que separe la indignación de cualquier ciudadano respecto a la marginalidad o la peligrosidad de lo que debe ser el comportamiento institucional. "Como vecino entiendo perfectamente el sentimiento que lleva a manifestarse, y lo apoyo totalmente, pero como representante de una asociación no puedo apoyar cierto tipo de comportamientos, no puedo ser un hooligan, comportarse así es una mierda", dice, después de que la concentración del pasado viernes naciera de forma espontánea y no al abrigo de la agrupación que preside. "En ningún momento nos hemos manifestado sobre la decisión espontánea de algunos vecinos, ni tampoco estamos en contra, porque a lo mejor como vecinos haríamos lo mismo", matiza.
La Policía Nacional ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de que se le deje hacer y cómo en ocasiones el exceso de voluntad puede enfangar una situación de desalojo. Y es precisamente esa misma línea a la que se adscriben los vecinos. "Tenemos que dejar trabajar a la Policía Nacional, porque no hablamos de un narcopiso, sino de cinco", recuerdan los residentes. "Si tomamos la legalidad como marco las cosas se hacen genial, pero si no nos ceñimos a ella estamos jodidos. No podemos estar en la calle constantemente, porque eso en vez de arreglarlo es moverlo de un lado a otro", indica Rodríguez.
El pasado mes de octubre un youtuber acostumbrado a viajar por todo el mundo buscando barrios conflictivos eligió la Sagrada Familia y la calle Barcelona como escenario de su visita a A Coruña, lo que generó un reguero de indignación en la zona, llevó a solicitar la retirada de un vídeo que permanece en redes pese a todo. Ahora mismo son 212.000 las visualizaciones, con el daño que ello conlleva y el trabajo que cuesta volver a limpiar el nombre de un barrio que con demasiada frecuencia vuelve a los mismos inputs.