En hora punta, la plaza de Lugo deja de ser peatonal para convertirse en una zona enorme de carga y descarga. A pesar de que existe una línea en zig-zag a pocos metros, al costado no peatonal del mercado, esta resulta insuficiente en hora punta, así que las furgonetas aprovechan para desplegarse justo frente al comercio al que tienen que surtir. Durante cerca de media hora, el tramo que se encuentra junto a la calle Compostela se convierte prácticamente en un gran campamento en batería.
No es un fenómeno exclusivo de la plaza de Lugo, aunque sea más evidente en la principal zona comercial de A Coruña. La calle Real, que pasa por ser la segunda, también tiene que soportar mucho tránsito, lo que puede generar problemas de circulación en un momento dado, sobre todo si las furgonetas se detienen en puntos especialmente estrechos de la calle o donde se están llevando a cabo obras.
La particularidad de la plaza de Lugo es que las furgonetas se concentran en un espacio más corto. Hasta las once de la mañana es posible encontrarlos atravesados en las calles, para mayor comodidad a la hora de descargar, lo que obliga a los peatones a dar rodeos para evitarlos.
La peatonalización y/o humanización de las zonas del centro suponen un problema para los vehículos de reparto, pero también el uso indebido de las zonas de carga y descarga, dado que el espacio es limitado. No solo se trata de los vehículos que no tienen derecho a estacionar allí, sino de las propias furgonetas y camiones que permanecen más tiempo de lo necesario para las operaciones.
Además, en la zona de la plaza de Lugo abunda el mobiliario urbano, tanto bancos como árboles, que hacen que resulte más difícil maniobrar, lo que puede provocar un accidente. No hay más que recordar que, a principios de 2023, se llegaron a desplazar varios bancos de hormigón por parte de conductores para poder pasar con vehículos. Ocurrió en varias ocasiones y se habló de instalar bolardos pero el reparto lo hace imposible.