La vida se abre camino en San Andrés: las supuestas moreras ‘fruitless’ dan fruto

El Ayuntamiento no quería que se manchara el pavimento de la nueva calle, pero ha habido sorpresa
La vida se abre camino en San Andrés: las supuestas moreras ‘fruitless’ dan fruto
Moreras de San Andrés, con frutos | Patricia G. Fraga

La primavera ha llegado, resulta difícil resistirse a ella. Los días se hacen más largos, más luminosos, y flota una extraña energía en el ambiente, incluso para aquellos menos inclinados a sentirla así. Es el caso de las moreras ‘fruitless’ (infructuosas) que el Ayuntamiento plantó recientemente en San Andrés con motivo de la humanización de esta vía y que han comenzado a echar frutos. Algo que, en principio, no debería haber sido posible. 


La alcaldesa, Inés Rey, había comentado públicamente cuando todavía no habían comenzado las obras, que se iban a plantar 80 moreras en recuerdo de las que habían existido allí desde el siglo XVIII. Se trata de un árbol procedente de China, donde lo usan para alimentar a los gusanos de la seda. Sin embargo, aquí su uso es decorativo. Pero, como ya hay moreras en La Marina y manchan la calzada con sus frutos, se decidió que se escogerían ejemplares que no dieran fruto. 


Machos y hembras 

Hay que señalar que hay árboles machos y hembras, y que son los primeros los que no dan fruto, solo flor, que luego es transportada por el viento o por los insectos a los árboles hembras, cuyas flores son las que dan fruto. Sin embargo, con los árboles de invernadero, a veces ocurren estas cosas, señala Carlos Franco, ingeniero forestal. O, dicho de otra manera: la vida se abre camino. 


“Es posible que los frutos se desarrollen del todo o no, para eso habrá que esperar”, apunta el experto, porque la primavera puede ser una época llena de esperanzas, pero no todas se concretan. Lo que es seguro es que, se desarrollen o no, acabarán cayendo al suelo, como todos los frutos, así que mancharán a pesar de las precauciones del Ayuntamiento.


Más allá de este pequeño ‘Jurassic Park’ vegetal, los árboles en flor han dotado a la calle de San Andrés de una nota de color que lo hace aún más agradable de transitar. No solo se trata de las moreras, los árboles de Judas también reciben la Semana Santa con colores morados. Uno se yergue frente a la Subdelegación  del Gobierno, en La Marina, y el otro, a unos pocos metros, en el cruce de San Andrés con Santa Catalina. La tradición asegura  que fue uno de estos árboles el que escogió el apóstol para ahorcarse después de traicionar a Jesucristo y por eso está encorvado. Pero también se llama el árbol del amor por la forma de corazón de sus hojas. En todo caso, es uno de los primeros en florecer. 

La vida se abre camino en San Andrés: las supuestas moreras ‘fruitless’ dan fruto

Te puede interesar