Es el 15002 el distintivo grabado a fuego incluso en las camisetas de los residentes en Monte Alto, uno de los barrios con mayor sentimiento de pertenencia y, de forma oficiosa para muchos, cuna del ‘koruño’. Desde hoy están de celebración, en una de las últimas fiestas vecinales. El presidente de la asociación que los representa, Xosé Vázquez (Vilagarcía, 1952), se ha pasado la semana mirando el parte meteorológico para evitar una suspensión como la del año pasado.
¿Están contentos con el cartel?
Estamos muy agradecidos al Ayuntamiento, porque nos evita tener multitud de comisiones. Sería un desbarajuste que distorsionaría los precios. Al haber multitud de peticiones, se multiplicaría el precio. Sé de alguna comisión que, al entrar en las cuentas, aparecen cosas que no están sujetas a control. El Ayuntamiento, si lo hace mal, es una sola entidad que lo hace mal. Por lo tanto, sí puede decirse que estamos felices.
Así que no les convence la idea de organizarse en forma de comisión...
Podría pasar datos de asociaciones que facturan comidas de la directiva por 500 euros. Aunque no se valora, están aspectos como la seguridad o la capacidad de tener ambulancias. Todo lo que engloba la logística es más caro que el propio caché de las orquestas. La gente se enfadaría más que con la declaración de la renta. El Ayuntamiento tendría que valorarlo y facturarlo.
¿Cuánto tiempo han trabajado en la fiesta?
Llevamos meses. Un barrio no es un pueblo. La comisión no es única. Los dos últimos meses hemos estado dándole vueltas a la programación. Los que digan que llevan todo el año pensando en las fiestas deben pensar que las organizaciones asfixian. También llevamos tiempo intentando concienciar a la gente para ser respetuosos con el mobiliario urbano.
¿Cómo fue la experiencia en los años anteriores?
Cuando vinieron Dios Ke Te Crew fue fantástico. Ahora pensamos más en los pequeños, con actividades como el circo. Algunos, cuando repartíamos carteles, nos dieron las gracias por acordarnos de todos. Nos centramos en los sectores más necesitados. A los mayores les encantan las orquestas.
¿Cuánto confían en la previsión del tiempo?
Estuve mirando, y no me fío demasiado, porque dan una bajada de temperaturas brutal. Tenemos un microclima. Esperamos que aguante, porque no hemos buscado alternativa cubierta.
Curiosamente, su pregón es casi el epílogo de las fiestas...
Porque adelantamos la verbena. Iba a ser sábado y domingo, pero la Escuela de Música se nos echó hacia atrás. Queríamos que compartiesen con nosotros, pero al final no pudo ser. El sábado era el día de la fiesta central.
Se han unido a las celebraciones del aniversario de Mardi Gras...
Es una institución muy vinculada a Monte Alto, nos piden que colaboremos en actividades y haremos una mención especial a ellos. No es que el pregón sea un honor, pero Gonzalo Castro los pondrá en valor. Hubo consenso en la directiva para que fueran ellos.
¿Cuál es la situación actual del barrio de Monte Alto?
En algunas cosas el Ayuntamiento se está portando muy bien, como en el caso de las obras del mercado. A pesar de la debilidad, atendemos a la gente cuando lo necesita. Los problemas de aparcamiento son sempiternos. El caso de la seguridad se volvió desorbitado, cuando algunos intervinieron en cosas como los okupas o el narcotráfico. Nos pusieron a los niveles de los años 80, pero yo nunca vi algo así. l