Imagine volver a sus tiempos mozos. Imagine que le toca ir de excursión. Sigamos imaginando que esa excursión se hace a lomos del bus del equipo de sus sueños. Y aún más imaginación todavía: esa excursión es a casa del eterno rival. Pues piense cómo se sintieron los escolares que ayer visitaban el Palacio de la Ópera montados en el bus que normalmente lleva a Aspas y compañía.