Nadie duda de la comodidad de las gestiones telemáticas, pero, cuando queremos reclamar algo o hacer una petición, no hay color entre un formulario y una persona, receptiva a ser posible, a quien explicarle el cómo y el porqué. Al menos, para irnos con la sensación de que nos han escuchado. Las oficinas de atención ciudadana que planea el Ayuntamiento apuntan a éxito de público.