Hondo pesar en Betanzos por la muerte de Jesús Nuñez. Uno de sus creadores más célebres y admirados, impulsor de la Fundación CIEC y de la Bienal de Balconadas de Betanzos. Nacido en la capital del Mandeo en 1927, dudó en un principio si abrirse camino como artista internacional o acomodarse en su ciudad, para decidirse por recorrer el mundo, aprender y consolidarse como artista para, en la madurez, cumplidos los 60, volver a su municipio, al que se entregó en cuerpo y alma a través del Centro Internacional de Estampa Contemporánea.
El Ayuntamiento de Betanzos ha decretado dos días de luto oficial y las banderas ondean a media asta en señal de respeto a un hombre que vivió el arte de manera intensa, lo compartió y lo divulgó en todas sus vertientes, convencido de su capacidad para unir y
Pero, además de en Betanzos, Núñez era toda institución en Madrid, Berlín y Salamanca. Esta última, a la que llegó en 1949 para estudiar en la Facultad de Derecho, supuso su primer contacto directo con el mundo artístico y precipitó su traslado a Madrid y su matrícula en la Real Academia de San Fernando. La sede del Palacio de Goyeneche fue el punto de partida de una carrera multidisciplinar donde cabe la pintura, la escultura, el grabado, los tapices, el diseño textil y de joyas, la obra pública, el diseño de interiores, la promoción cultural y, por supuesto, la enseñanza, todas ellas envueltas en un talento y gusto exquisitos pulidos en Berlín.
Hace casi tres decenios, con todo el peso de su apellido sobre la espalda, regresó a la matriz –la Casa Núñez, construida en 1923 para albergar los primeros grandes almacenes del país– y radicar en ella el CIEC, un espacio pionero en España. En sus talleres, entre los antiguos mostradores de un inmueble que conmemora su centenario, vivió por y para Betanzos. DEP