El enigma sin resolver de la Feira de Aninovo en Betanzos

El mercado, uno de los ‘clásicos’ del 1 de enero en Galicia, reúne cientos de visitantes a pesar del frío y la cada vez menor afluencia de vendedores
El enigma sin resolver de la Feira de Aninovo en Betanzos
Una chica, aún vestida de noche, observa los artículos expuestos por los vendedores de la García Irmáns | Pedro Puig

Año Nuevo en Betanzos. Una cita con casi setecientos años de historia que resiste a los cambios variando sus condiciones y las características de los visitantes, desde los artesanos y mercaderes medievales a los ‘exóticos’ clientes que, desde la incursión de los usos, la moda y la estética de la movida, hace más de cuatro decenios, marchan entre zapatillas, calcetines, cafés y chocolate con churros –incluso animales, aunque cada vez menos– por el centro de la ciudad, convertida en un espacio alternativo para los incansables que, vestidos de noche, alargan la celebración hasta el mediodía, cuando las colas para subirse a los autobuses de vuelta a casa se multiplican en la avenida de A Coruña

 

“No se sabe cuando empezó esto, pero en los 80; después, en los 90, vino lo de las zapatillas, y así estamos”, apunta un empresario de la hostelería, el sector que más de cerca ha vivido esta evolución, el que de verdad conoce a estos compradores de ‘brilli brilli’ y enormes ojeras que comparten entre amigos la mañana de San Manuel.


La Feira de Aninovo es, para muchos, una cita imperdonable, donde los visitantes se mantienen pero los ambulantes y los comerciantes merman cada año, como se evidencia en la imagen de O Campo, con más claros que en 2024 entre las escaleras de Santo Domingo y la Diana Cazadora. “Cada vez vienen menos a vender, pero es que no compensa”, comenta Sole desde detrás de uno de los mostradores instalados en la García Irmáns.  
 

Los de Betanzos siguen acercándose al mercado, pero con menos ansia que antaño, y los hosteleros, los que más cansancio acumulan, se muestran convencidos de que los que superan la madrugada seguirán hasta que el cuerpo aguante, entre la miradas desafiantes de algunos abuelos que, a pesar de los cambios en las costumbres y en los sistemas mercantiles, siguen aprovechando la Feira de Aninovo para comprar aperos, hortalizas, huevos o semillas, y más aún si el día amanece soleado como este 1 de enero en As Mariñas. 
 

En cualquier caso, con los termómetros en descenso, el 2025 se recibe con cierto aletargamiento en comparación con los anteriores, con abrigo, bufanda, gorro y guantes, aunque los mismos atascos en los accesos, el aparcamiento completo y los coches en la explanada de O Carregal.  El operativo desplegado por el municipio se completó con agentes de la Policía Local de Betanzos y los operarios de los servicios de mantenimiento que, para evitar daños, también se encargan de vallar la decoración de Navidad.

El enigma sin resolver de la Feira de Aninovo en Betanzos

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