El año comenzó con alusiones constantes al ‘Verde Betanzos’, el color escogido por Rafael González Villar para los distintos elementos que diseñó para instalar en O Campo y A Porta da Vila. El mismo que embellece la Fuente de Diana Cazadora. Una reproducción exacta de la de Versalles, realizada en los talleres de Ducel e Hijos en París siguiendo las indicaciones del ingeniero Pedro Villar que cumplirá 160 años en el otoño de 2027.
En septiembre de 2024, la alcaldesa anunció una serie de actuaciones que, además de mudar la imagen del centro de la ciudad, situarían la Diana Cazadora en el meollo de todos los cambios al contemplarse una reorganización de los mercados que tratará de recuperar su antigua distribución, por lo que los vendedores se instalarán de manera radial alrededor de la escultura, inaugurada en 1867. Sin embargo, la situación de la fuente, convertida en uno de los emblemas de la García Irmáns, inquieta a los vecinos de Betanzos.
Los más entendidos en la materia denuncian que nunca se restauró en condiciones, pues para ello sería conveniente desmontarla, pieza a pieza, y contar con los especialistas adecuados, y los menos expertos cuestionan el mal estado del pilón poligonal, “vertiendo constantemente”, y apuntan a la oportunidad de arreglarlo aprovechando la intervención anunciada por Barral.
Desde el Ayuntamiento de Betanzos indicaron que son conocedores de la situación y que se va a solucionar, pues “son filtraciones que se producen entre piedras y que cada año se tienen que sellar”, detallaron desde el Gobierno de María Barral.
La Fuente de Diana Cazadora, de hierro colado y cuatro caños, se inauguró el mismo día que la de Os Cabalos, en la entonces conocida como Feria Nueva de Betanzos, en las inmediaciones de la actual oficina de Correos. Las dos se abastecían del mismo manantial, el de A Raíña. También las de A Ponte Vella, en una de las márgenes del Mandeo, y Santa María.
La instalación de los cuatro surtidores, cada uno en su estilo, respondió a una necesidad. En la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento de la ciudad obligó a sus responsables a apurar un informe sobre las necesidades de abastecimiento y los resultados revelaron las exigencias de un vecindario en aumento, por lo que se acordó construir un canal desde San Xiao.
En la construcción del canal, de dos kilómetros de trazado donde se alternan los subterráneos y las superposiciones para salvar las dificultades del terreno, intervinieron una treintena de operarios, y transcurridos más de 150 años, las conducciones siguen existiendo, aunque están ocultas por los árboles y la maleza y alteradas por los ‘retoques’ de cemento del siglo XX.
La Diana Cazadora, ‘Verde Betanzos’ como su vecino el palco de la música, las farolas y los bancos, forma parte del paisaje urbano de la ciudad y los problemas que surgen en torno a ella no suelen pasar desapercibidos, de ahí las críticas que, a propósito de las filtraciones de agua, recibió el Ayuntamiento de Betanzos.
En el conjunto, ‘gastado’ por el uso, por las manos y los pies de varias generaciones de betanceiros que se subieron a ella para beber, destacan las dos sirenas que soportan una peana de guirnaldas sobre las que se asienta la escultura de la diosa mitológica con un ciervo, convertida en emblema de Betanzos.
La inauguración de la fuente fue todo un acontecimiento, “iluminándose las casas del Campo, distinguiéndose entre ellas el café del Cantón y la sociedad del Liceo Recreativo de Artesanos, que formó la portada en el atrio de Santo Domingo...”, escribió Francisco Vales Villamarín.
En cuanto a las ferias, todavía no se marcaron fechas para comenzar a implantar la nueva disposición, con la que se tratará de recuperar su antigua distribución, en que los vendedores se instalarán de manera radial alrededor de la fuente de Diana Cazadora.
También está previsto que los vendedores que cada martes, jueves y sábado acuden desde casi toda la comarca a la capital para comercializar sus productos cuenten con nuevos mostradores, que ellos mismos podrán montar y desmontar, y depositar en un almacén municipal después de cada mercado, “adaptados al entorno y a la estética escogida”, indicaron desde Betanzos.