El tráfico de Vigo se ha visto colapsado este miércoles en el centro de la ciudad a causa de una nueva movilización de los trabajadores del metal, que cumplen su cuarta jornada de huelga para reivindicar un convenio provincial justo y que han anunciado otras dos jornadas de huelga para los días 12 y 13 de julio que se suman a las ya previstas para los días 6 y 7.
Han vuelto a ser miles los trabajadores que han salido a la calle, vigilados de cerca por un nutrido dispositivo policial.
A las nueve de la mañana, han partido de la Plaza de España, desde donde se han dirigido Gran Vía abajo hasta la plaza de América, la Plaza de la Industria y la Avenida Beiramar para ir a desembocar ante la sede de la Xunta de Galicia en Vigo, donde han culpado a los empresarios de que el conflicto se haya enquistado.
“La patronal acaba de mandar una nota de prensa bastante dura en la que lo único que hace es llamar a la ciudadanía para que se enfrente a nosotros. Nosotros no vamos a caer en esa provocación. La patronal está demostrando su verdadera cara, que sólo hace llamamientos al público pero nosotros no tenemos ningún tipo de llamada”, ha denunciado Xulio Fernández, secretario comarcal de la CIG-Industria de Vigo.
La patronal ha advertido en varias ocasiones de que la sociedad juzgará las movilizaciones de los trabajadores e incluso la Confederación de Empresarios de Pontevedra ha amenazado con paralizar las negociaciones del convenio si continúan las protestas en los términos que se vivieron la semana pasada en el Ifevi coincidiendo con la feria del sector, la Mindtech.
“No somos terroristas, no somos vándalos. Esto es un mensaje para la patronal: que se siente a negociar, y vamos a hablar porque tenemos que hablar”, ha dicho el líder de CCOO Industria en Vigo, Celso Carnero.
Las negociaciones quedaron paralizadas el lunes 19 tras la duodécima reunión entre la parte empresarial y la parte social sin que ambas alcanzasen un acuerdo, por lo que los sindicatos anunciaron que seguirían con el calendario de movilizaciones previstas, las cuales se hicieron muy visibles durante la feria internacional del sector en la ciudad con enfrentamientos con la Policía.
Cuestionados sobre cuánto tiempo más va a continuar la situación actual, Fernández ha explicado que "va a depender de la patronal".
"Tenemos que entender que podemos estar en una mesa hablando pero si otra persona lo único que hace es calentar una silla y estar toreándonos, como por ejemplo nos estuvo toreando durante once reuniones diciendo que lo único que nos daba era un 0,5% sin revisión para 2023, entendemos que es una provocación clara y no son ganas de negociar”, ha añadido el representante de la CIG.
La patronal ha puesto sobre la mesa un incremento salarial del 8 por ciento para este año y los dos siguientes, pero hay más cuestiones que reclaman los trabajadores.
“Apostamos por un aumento salarial, por una cláusula de revisión completa, por reducción de jornada, que es lo que venimos reivindicando los trabajadores, pero la patronal tiene que sentarse a la mesa para poder negociar. Así no vamos a ningún sitio”, ha asegurado Carlos Casal Iglesias, secretario de la negociación colectiva.
Mientras no se limen esas diferencias, los sindicatos prevén que las movilizaciones continuarán “hasta donde los compañeros aguanten, y los compañeros están aguantando y van a aguantar mucho más”, ha asegurado Carnero.
De momento, el respaldo de los trabajadores a las convocatorias de los sindicatos está siendo masivo y nada hace pensar que vaya a dejar de ser así porque entienden que, si en A Coruña, Lugo y Ourense se ha llegado a un acuerdo en unos términos aceptables para las partes, debería suceder lo mismo en la provincia de Pontevedra.