El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, protagonizaron un primer choque dialéctico en el arranque de su debate electoral cara a cara a cuenta de la marcha de la economía, que para el socialista es positiva, sobre todo por la creación de empleo, mientras que para el candidato del PP va mal.
Con continuas interrupciones en sus intervenciones e incluso protestas de Sánchez, que en varias ocasiones dijo que no eran verdad las afirmaciones de su oponente sobre la economía o el mercado laboral, Feijóo le mostró tablas y estadísticas para tratar de demostrar sus argumentos en contra.
Sánchez destacó que en estos últimos años el empleo creció “como nunca” hasta llegar a los casi veintiún millones de personas empleadas, mientras que el crecimiento económico se multiplicó por cuatro “en circunstancias muy complicadas”, en tanto que la inflación bajó por debajo del dos por ciento, por lo que asegura que la están “controlando como en ninguna otra economía europea”.
“Vamos en la dirección adecuada, no podemos dar volantazos de manera brusca. Feijóo y Abascal aspiran a derogar todo esto”, advirtió el presidente del Gobierno.
Feijóo replicó que asegurar que la economía va “como una moto” es una “falta de respeto a los españoles” que tienen sentido del humor pero no son “tontos”.
Y le advirtió de que el presidente del Gobierno tiene como “paradigma” económico la política de José Luis Rodríguez Zapatero, que sostuvo que España estaba en la “Champions League”.
Para Feijóo Sánchez es, tras Zapatero, el jefe de Gobierno que menos empleo creó, porque le adelantaron Mariano Rajoy y José María Aznar.
Le espetó además el incremento de un 30% en el precio de los alimentos, las hipotecas “cada vez más caras”, los “alquileres en máximos”, cuarenta y dos subidas de impuestos o que España haya estado entre los últimos países europeos en recuperar el PIB de 2019, en el primer trimestre de 2023.
“Tiene la política económica del populismo de Podemos, la política económica del Partido Comunista, la del sanchismo y una dosis pequeña del Partido Socialista”, zanjó.
La tensión creció aún más en el segundo bloque, monopolizado por las políticas sociales en las que Feijóo eludió responder a las preguntas sobre los pactos con Vox y la falta de condena a los crímenes machistas, mientras puso el acento en las reducciones de condena por la ley del solo sí es sí.
Algo que Sánchez atribuyó a un “error administrativo” y puso el acento en las políticas de igualdad de su Gobierno, los avances socialistas en políticas de la mujer y para el colectivo Lgtbi+. El presidente recordó las prohibiciones de colgar la bandera del colectivo en localidades gobernadas por PP y Vox, como Náquera, y recordó las cancelaciones de representaciones de Lópe de Vega y Virginia Woolf en localidades donde Gobiernan. “Están cambiando derechos por sillones” continuó.
La primera media hora del debate electoral fue continua disputa por los datos económicos, las consecuencias de la ley del sí es sí, o los acuerdos con Vox, con reproches insistentes y quitándose la palabra, complicando la difusión de sus mensajes.
Al término de los primeros 45 minutos de su enfrentamiento, los dos no pararon de interrumpirse, así como de acusarse recíprocamente de no decir la verdad y de trasladar sus quejas porque uno no dejaba hablar al otro para exponer sus planteamientos.
Hasta tal punto fue así que en buena parte fue muy difícil entender lo que ambos decían porque los dos hablaban a la vez, haciendo ininteligible el diálogo que pretendía propiciar el encuentro en Atresmedia.
“Déjeme hablar”, “No es verdad”, “¿Me deja hablar?”, ha repetido Sánchez en muchas ocasiones a Feijóo, quien también se quejó por lo mismo, aseverando que el encuentro estaba resultando “muy bronco”.
Por otra parte, el líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, considera que las generales no son “unas elecciones cualquiera” sino que están ante “la posibilidad de cambiar la forma de hacer política”. Por eso, pide apoyo al PP porque tienen por delante el reto de “vencer al conformismo, a la división y la radicalidad que”, a su juicio, supusieron los años de Gobierno de Pedro Sánchez.
Así se recoge en la carta electoral que Feijóo envió a los ciudadanos ante los comicios, que encabeza con el eslogan de campaña del PP, ‘Es el momento’. Además en el reverso, recoge una decena de promesas electorales que pondrá en marcha si llega al Palacio de La Moncloa, como una rebaja del IRPF a rentas medias y bajas, una auditoría de las cuentas públicas o la recuperación del delito de sedición, entre otras.
“Tenemos ante nosotros el reto de vencer al conformismo, a la división y la radicalidad que, por desgracia, marcaron el fondo y las formas del Gobierno del partido de Pedro Sánchez, de Podemos y de sus socios independentistas en los últimos años”, resalta.
Por eso, el presidente del PP pide la confianza para trabajar en ofrecer a España una política que “recupere la ilusión, el valor de la palabra dada y la gestión responsable de los intereses generales”. Según recalca, la papeleta que acompaña esta carta es una “poderosa herramienta” para conseguir “un cambio sereno y sensato” en la nación y para abrir “una etapa de avances” que permitan afrontar “los desafíos” del presente.