Más de 6,8 millones de personas cuentan con los papeles necesarios para residir en España y casi tres millones de ellos son extracomunitarios, una población joven en la que destacan los ciudadanos marroquíes.
Son las últimas cifras -a 31 de diciembre de 2023- hechas públicas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que advierte de que el hecho de que una persona cuente con la documentación de residencia en vigor no garantiza que esté efectivamente en España.
Ha podido irse con los papeles vigentes -los certificados de registros de los ciudadanos de la UE, por ejemplo, no caducan-, y ello explica en buena medida que pueda haber más permisos de residencia que extranjeros empadronados (6 millones a 1 de enero de 2023, según el INE).
Un caso paradigmático es el de los rumanos: tienen 1,1 millones de certificados de registro en vigor, pero los empadronados rondan los 630.000. Hace diez años se acercaron a los 900.000 empadronados.
En el caso de los marroquíes ocurre al revés, es decir, hay más empadronados que personas con autorización de residencia en vigor -unos 100.000- aunque los datos no pueden ser comparados con exactitud, ya que las últimas cifras del padrón son de enero de 2023 y los permisos, de diciembre.
El balance de Migraciones recoge a 2.922.830 extranjeros de fuera de la UE, sujetos a la ley de extranjería, con autorización de residencia en vigor; mientras que los certificados de registro (ciudadanos europeos), las tarjetas de familiares de ciudadanos europeos y los británicos con tarjeta de residencia en base al Acuerdo de retirada suman 3.889.868.
Las extranjeros extracomunitarios con permiso de residencia en vigor, (2,9 millones) aumentaron un 9 % en 2023, según este informe.
La cifra, explica el Ministerio, ha experimentado un crecimiento acumulado en los últimos cinco años del 34 %, significativamente mayor al experimentado por los ciudadanos comunitarios.
La protección temporal otorgada a los ucranianos desde 2022, tras la agresión rusa, ha hecho que esta nacionalidad se sitúe en segundo lugar, después de los marroquíes y por delante de los chinos.
Hay más de 787.000 marroquíes con documentación en vigor, casi 274.500 ucranianos y cerca de 237.000 chinos. Tras ellos se sitúan los venezolanos (168.736), colombianos (156.266) y ecuatorianos (115.814). El resto de nacionalidades se sitúan por debajo de las 100.000 autorizaciones.
Destaca Migraciones que los colombianos han experimentado la mayor variación interanual, con un incremento superior al 33 %, seguidos de los peruanos (27 %) y los venezolanos (25 %), mientras que los bolivianos han continuado la tendencia descendiente que comenzaron en 2014 y sus permisos en vigor han bajado un 4 %.
La edad media de estos extranjeros es de 37 años , frente a los 44 años de la población general residente en España, y hay una ligera prevalencia de hombres (53 %) sobre mujeres.
Pero hay muchas disparidades según la nacionalidad. Por ejemplo, frente a los 46 años de media que tienen los ciudadanos de Estados Unidos o Australia, los afganos tienen 27.
Más del 85 % de los residentes que han llegado desde Mali o Sudán son hombres, mientras que entre los de Kenia, Honduras y Nicaragua, más del 70 % son mujeres.
Migraciones destaca que este colectivo contribuye de manera significativa al rejuvenecimiento y crecimiento de la población en España: mientras que en la población española las personas de 65 y más años representan el 22 % del total, en la extranjera con autorización de residencia ese grupo de edad apenas solo supone un 5 %.
El 59 % (1,7 millones) tiene una autorización de larga duración, lo que permite residir y trabajar en España indefinidamente en las mismas condiciones que los españoles.
Ese porcentaje ha bajado siete puntos respecto a un año antes, mientras que ha aumentado el grupo de los que tienen una autorización temporal (el 39 % del total)
El restante 2 % (66.658) de las personas extranjeras en el régimen de extranjería cuenta con una autorización de residencia por protección internacional o apatridia.
El número de extranjeros con un documento de residencia en vigor distinto a la autorización asciende a 3.889.868, una cifra que ha aumentado un 2,3 % en un año.
Migraciones apunta que el crecimiento se ha ralentizado, y lo achaca en parte a que, tras el ‘Brexit’, los británicos y sus familiares que desean residir por primera vez en España no son considerados miembros de la UE desde el 1 de enero de 2021 y necesitan una autorización de residencia en régimen de extranjería.
Según el balance, tienen documentación en vigor 1,1 millones de rumanos, más de 449.000 italianos y cerca de 404.500 británicos.
Por encima de los 200.000 se sitúan también búlgaros, franceses y alemanes, seguidos de portugueses y polacos.
En este grupo vuelven a aparecer los marroquíes: más de 72.000 tienen tarjetas como familiares de ciudadanos europeos.
Este colectivo de extranjeros tiene una edad media sensiblemente superior a la de los extracomunitarios (43 años) y en algunas ocasiones bastante mayor, como en el caso de los suizos (53 años) o de los franceses (50).