El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, redobló este martes la presión sobre JxCat para que apoye "sus presupuestos", elaborados en buena medida por el exconseller de Economía Jaume Giró, y no haga necesario recurrir a los votos del PSC para aprobar las cuentas para el próximo año.
Así lo expuso en rueda de prensa desde el Palau de la Generalitat, al término de la primera reunión del nuevo Govern, después de que los siete nuevos consellers que ocuparon las vacantes dejadas por JxCat hayan tomado posesión del cargo esta mañana.
Carles Campuzano (Derechos Sociales), Joaquim Nadal (Investigación y Universidades), Gemma Ubasart (Justicia, Derechos y Memoria), Manel Balcells (Salud), Natália Mas (Economía y Hacienda), Meritxell Serret (Acción Exterior) y Juli Fernández (Territorio) han asumido sus cargos en un acto en el Palau de la Generalitat, en el que Aragonés los emplazó a servir a "la Cataluña entera".
Posteriormente, celebraron su primera reunión de trabajo y, a continuación, Aragonés ofreció una rueda de prensa en la que hizo hincapié en la necesidad de que JxCat apoye los presupuestos que ya dejó "muy avanzados" el exconseller Giró: "No se entendería que Junts se descartase de unos presupuestos hechos por Junts".
La negociación de los presupuestos de la Generalitat para 2023 se está convirtiendo en el primer frente de combate entre antiguos socios de coalición, cuya relación política no hace más que empeorar.
Para aprobar los presupuestos, Aragonés buscará el apoyo "prioritario" de las formaciones que apoyaron su investidura o las últimas cuentas: JxCat, la CUP y En Comú Podem, además de ERC.
Aragonés apeló a quienes hasta el pasado viernes eran sus socios, JxCat, teniendo en cuenta que Jaume Giró y su equipo dejaron un proyecto presupuestario "muy avanzado".
Solo habrá que introducir "algún pequeño retoque" que consideren oportuno los nuevos consellers y que según Aragonès no debería ser un problema para contar con el aval de JxCat, que debe "asumir sus responsabilidades" y que, pese a haber abandonado el Govern, "sería muy incomprensible que abandonase a la ciudadanía".
Debido a la remodelación del Govern, obligada por la salida de Junts, ya no será posible, según admitió, presentar la semana que viene el proyecto presupuestario en el Parlament, por lo que las cuentas no podrán entrar en vigor el primer día de 2023.
Aragonés, que comparecerá en el Parlament el miércoles 19 de octubre para dar cuenta de los cambios en el Govern, replicó además a los dirigentes de JxCat que cuestionan su continuidad: "Mi gobierno tiene toda la legitimidad".
La apelación de Aragonés fue contestada por el líder de JxCat en el Parlament, Albert Batet, que advirtió de que su partido no negociará los presupuestos hasta que Aragonés se someta a una cuestión de confianza en la cámara catalana.
"Es una irresponsabilidad gobernar con el gobierno más débil de la historia de Cataluña", indicó Batet, que alertó de que el nuevo Govern "no tiene la confianza del Parlament".
Vista la oposición frontal que piensa plantear JxCat, Aragonés evitó cerrar completamente la puerta a los votos del PSC.
A cada pregunta sobre si descartaba buscar el apoyo socialista, el president respondió con un mismo argumento: "La prioridad es aprobarlos con los grupos que dieron apoyo a la investidura y a los anteriores presupuestos. A partir de aquí, seguiremos trabajando".
Ajenos a los rifirrafes entre ERC y JxCat, los socialistas siguen tendiendo la mano para acordar con el Govern los presupuestos.
La portavoz del PSC-Units en el Parlament, Alícia Romero, desvinculó la posible aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de las cuentas catalanas.
Romero lamentó que ERC mantenga "una relación de diálogo y negociación" con el PSOE, pero no con el PSC, y advirtió de que quien tiene que elegir el camino es Aragonés, que está "más solo que antes".
La líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, afirmó que el nuevo Govern nace "muy débil" y advirtió de que no se puede permitir una prórroga presupuestaria: "Cataluña necesita unos nuevos presupuestos y hace falta negociarlos, sería una enorme irresponsabilidad no tenerlos", dijo en Catalunya Rádio.
El portavoz de Vox en el Parlament, Joan Garriga, acusó a Aragonés de fichar a "rebotados" de otros partidos para su Govern, mientras que la portavoz del PPC, Lorena Roldán, denunció la configuración de "un tripartito encubierto" con apoyo del PSC.