El expresidente del Gobierno José María Aznar ha acusado este lunes al jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, de ser “un farsante” y ha lamentado la “declinante influencia” política española en estos últimos años, máxime tras el “bochorno internacional” de su “reflexión” sobre si dimitía o no.
“Yo no renuncié ningún día a ser presidente del Gobierno”, ha reivindicado Aznar durante las jornadas “Memoria y Legado de la Transición” organizadas por la Universidad CEU Cardenal Herrera de València y en las que este miércoles participará el también expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.
Aznar ha criticado que los cinco días de reflexión de Sánchez “han sido una gran farsa” que “solo pueden estar organizadas por un farsante”. “Me cuesta decirlo, pero es la verdad. Hace falta ser un gran farsante para mentir de la manera que lo ha hecho”, ha enfatizado.
Por ello, el exdirigente del PP ha resaltado que Sánchez “ha cruzado una línea” y quien lo hace “se convierte en una especie de caudillo populista, más alejado de un jefe de Gobierno y más cerca de un autócrata populista”.
Asimismo, ha recalcado que ese “punto y aparte” anunciado por el socialista es “sobre todo un punto y aparte ante la libertad de los jueces, los medios de comunicación, la oposición y todo aquel que no esté de acuerdo” con él.
Para Aznar este es “el momento más delicado (en España) desde la Transición” precisamente en un momento en el que “la influencia política es declinante, disminuida”, tras décadas en las que este país fue “ejemplo de transición para las repúblicas iberoamericanas, tuvo proyección en Oriente Medio y en el norte de África o confianza con Estados Unidos, pero hoy eso ya no está”.
“Es una de las cosas que más me duelen como expresidente, sobre todo a alguien que ha prestado mucha importancia a la proyección internacional”, ha comentado.
Aznar ha recalcado que “lo que ha pasado estas semanas -tras la carta de Sánchez- ha sido un bochorno internacional, una vergüenza recogida en todo el mundo”.