El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha rehusado este miércoles pronunciarse sobre si estaría dispuesto a reformar el delito de malversación, como pide ERC, y ha pedido esperar a conocer las enmiendas a la proposición de ley de reforma del Código Penal porque no se puede hablar "en abstracto sobre hipótesis".
En rueda de prensa tras la Cumbre del G20, el presidente ha emplazado a la tramitación de la proposición de ley en el Congreso y ha afirmado que si hay "otras fuerzas que quieren debatir sobre otras cuestiones" se verán los términos en que se presentan.
"Vamos a esperar a la tramitación", ha insistido Sánchez ante las preguntas de los periodistas.
Ha recordado que el Ejecutivo ha cumplido con su compromiso de homologar el delito de sedición a los países de nuestro entorno y que ese era el propósito de la iniciativa parlamentaria presentada por PSOE y Unidas Podemos y ha insistido en que hoy la situación en Cataluña es "infinitamente mejor a la de 2017".
"Lo que está haciendo el Gobierno es dar un paso más hacia la concordia entre catalanes", ha añadido Sánchez, quien ha subrayado que la política tiene instrumentos para superar conflictos, como es el diálogo; que la Constitución tiene instrumentos para defenderse ante ataques que la violenten, con el artículo 155; y que el Estado de derecho continuará teniendo instrumentos, homologables con las principales democracias europeas, para condenar este tipo de conductas si en el futuro se vuelven a dar.
Por tanto, ha remarcado, estos delitos continúan tipificados, "no se despenalizan, ni salen delitos del Código Penal".
El presidente ha insistido en que heredó "un problemón de convivencia" en Cataluña, con un parlamento que declaró unilateralmente la independencia y ha pedido al Partido Popular que "baje el tono y construya convivencia" ante lo que considera "una ausencia total de proyecto político" y una oposición centrada en el "insulto y las descalificaciones".