La atmósfera de crispación que está rodeando las negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez, con la amnistía y los incidentes frente a sedes del PSOE en el centro del debate, ha llegado hoy a parlamentos autonómicos como los de Madrid, Castilla y León, Asturias y Cataluña.

En el Parlament la presidenta del grupo de En Comú Podem, Jéssica Albiach, ha dedicado una "peineta" al jefe de filas de Vox, Ignacio Garriga, en uno de los rifirrafes en la sesión del control del pleno.

Un gesto parecido ha sido atribuido al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox). Allí, la sesión plenaria ha sido suspendida por unos minutos tras acusar el PSOE a García-Gallardo de hacer gestos de una felación hacia su bancada.

Él lo ha negado y ha explicado que eran gestos "de llorar": "Son unos llorones", ha insistido. Pero el portavoz del Grupo Socialista en las Cortes, Luis Tudanca, ha pedido su "cese inmediato".

En Asturias, entre tanto, el debate sobre la ley de amnistía y las manifestaciones antes las sedes del PSOE también han llevado este miércoles la crispación al pleno.

Vox ha calificado de "traidor" al presidente asturiano, el socialista Adrián Barbón, quien ha reprochado al portavoz popular, Álvaro Queipo, que optase por no condenar la violencia y por "blanquear" a la ultraderecha.

En la Asamblea de Madrid no se han producido descalificaciones personales o gestos obscenos, pero las protestas ante la sede nacional del PSOE en la madrileña calle Ferraz contra una potencial ley de amnistía también han protagonizado el pleno.

La presidenta Isabel Díaz Ayuso ha condenado la violencia pero ha defendido a quienes se manifiestan "en favor de la democracia". El portavoz socialista, Juan Lobato, ha culpado a los populares de motivar los ataques con sus "insultos" permanentes.

En Aragón, los grupos parlamentarios de las Cortes no han logrado el acuerdo unánime que se requiere para aprobar una declaración institucional de rechazo a los ataques y actos violentos a las sedes socialistas ni tampoco para celebrar un pleno monográfico, como pedían PP y Vox, sobre la amnistía.

Presidentes autonómicos

Además de Ayuso, también otros presidentes autonómicos han intervenido en el debate y, así, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ha solidarizado con los afectados por la "violencia en las calles de Madrid" del "ultranacionalismo español".

Se refería así a la quinta jornada de protestas contra la amnistía desarrollada anoche frente a la sede nacional del PSOE en Madrid.

Por parte del PP también ha intervenido en el debate el presidente andaluz, Juanma Moreno, quien ha condenado "de manera firme" los actos violentos ante sedes del PSOE.

Sin embargo, Moreno ha pedido a los socialistas "coherencia": que se detenga "a aquellas personas que han vulnerado el orden público y la legalidad vigente" ante sus sedes, pero a la vez que no se amnistíe "a aquellos que el 1 de octubre vulneraron la normalidad y la legalidad".

En la misma línea, y en el debate de control a su Gobierno desarrollado en el pleno del Parlamento autonómico, el presidente de la Xunta y del PPdeG, Alfonso Rueda, ha condenado "cualquier agresión a cualquier partido político y a cualquier político".

La viceportavoz socialista Begoña Rodríguez Rumbo le ha instado a decir si está de acuerdo con los "ataques que las sedes socialistas están sufriendo", así como los políticos de este partido, a lo que Rueda ha respondido que su condena es para cualquier ataque a una formación política.

También la presidenta de Cantabria y líder autonómica del PP, María José Sáenz de Buruaga, entiende el sentimiento de "indignación" en la calle, pero ha rechazado la violencia y ha subrayado que su partido ni ha convocado "ni tiene nada que ver" con las manifestaciones que se han producido ante las sedes del PSOE.
Buruaga ha respondido así a preguntas de los periodistas antes de participar en un acto institucional con motivo del Día de la Delegación de Defensa en Cantabria.

Por su lado, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha hecho un llamamiento a "desconvocar la oleada de protestas que están sirviendo de excusa para seguir generando odio, rencor y violencia", una violencia que se debe "condenar sin medias tintas".

En unas declaraciones difundidas por la Presidencia vasca, el lehendakari ha condenado las protestas ocurridas estos últimos días contra la amnistía, que a su juicio "son inaceptables, muy graves y preocupantes".