Regresa a casa la mayoría de las personas desalojadas por los incendios en O Courel

Regresa a casa la mayoría de las personas desalojadas por los incendios en O Courel
Una persona camina por una de las zonas quemadas por el incendio de Folgoso do Courel/Carlos Castro / Europa Press

La alcaldesa de Triacastela, Olga Iglesias, confirmó a Efe que gran parte de las personas que habían sido desalojadas de sus casas en el municipio vecino de Folgoso do Courel, y fueron acogidas en su ayuntamiento, ha regresado ya en las últimas horas a su domicilio.

 

Alrededor de setenta personas fueron realojadas en los últimos días en el municipio de Triacastela, a la espera de que pasase el peligro que suponía para sus vidas la proximidad del fuego a sus casas y el humo generado por los incendios de Folgoso do Courel y A Pobra do Brollón, que ha arrasado ya unas 8.700 hectáreas.

 

Muchas de esas personas, alrededor de medio centenar, hicieron noche en el pabellón municipal de Triacastela, mientras que unas veinte, la mayoría gente mayor, con otras necesidades, fueron reubicadas en otros alojamientos.

 

Sin embargo, en las últimas horas, la mayoría de esa gente ha regresado ya a sus domicilios, de modo que, en este momento, según informó Olga Iglesias, solo permanecen desplazados en su municipio once vecinos de Folgoso do Courel.

 

Por su parte, la alcaldesa de Folgoso, Lola Castro, dijo que, aunque la población de varios núcleos sigue desalojada, especialmente en la zona norte del municipio, realmente “se han marchado la gente mayor y los niños” porque “las personas jóvenes han regresado a los pueblos para defenderlos del fuego”, si fuese necesario.

 

Ha reconocido, en todo caso, que la población de su municipio está agotada, después de muchos días con el fuego a las puertas de sus casas.

 

“La gente está en pánico, está en shock. Llevamos muchos días con los incendios y estamos a punto de explotar”, afirmó Lola Castro, quien reconoció que, a pesar de la gran cantidad de medios movilizados para tratar de extinguir esos dos fuegos “la gente se siente desamparada”.

 

En cuanto a los trabajos de extinción, precisó que “lo positivo es que hoy no sopla tanto viento” como en los últimos días, lo que puede contribuir “a estabilizar” el fuego. Para ello, aseguró, se está “trabajando sin descanso”, día y noche.

 

Fuentes vinculadas al dispositivo de extinción confirmaron a Efe que la situación ha evolucionado de forma positiva en las últimas horas, hasta el punto de que el fuego ha quedado “prácticamente controlado” en varios frentes.

 

Sin embargo, avisan de que la “tarde de hoy será fundamental” porque se espera una nueva subida de las temperaturas que puede volver a complicar los trabajos de extinción.

 

El incendio que afecta a las parroquias de Vilamor (Folgoso) y Saa (A Pobra do Brollón), donde se han unificado en un único frente cuatro focos, ha arrasado ya unas 7.500 hectáreas de superficie -unas 2.000 más en una sola jornada- a pesar de los esfuerzos del dispositivo de extinción desplegado en la zona.

 

Trabajan para sofocar ese incendio 16 técnicos, 125 agentes forestales, 197 brigadas, 116 motobombas, 3 excavadoras, 1 Unidad Técnica de Apoyo, 20 aviones, 26 helicópteros y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

 

En cuanto al incendio de Seceda, ha arrasado 1.100 hectáreas. En su extinción trabajan 19 agentes forestales, 30 brigadas, 14 motobombas, 6 aviones, 6 helicópteros y la UME.

 

Natalia, de la aldea de Baldomir, una mujer que fue desalojada, ha contado a Efe que hace tres días salió de su domicilio "con lo puesto" y con una profunda "tristeza" y "desolación". "Esto era un paraíso y esto es inaudito. Marcará un antes y un después. Los mayores no recuerdan semejante magnitud. No se entiende".

 

A su lado, Javier ha confesado sentir "mucha impotencia" y, por qué no, también "acojone". "Es tu vida. Lo pasamos muy mal. Necesitamos prevención y más medios. Que nos den medios. A esto hay que darle un meneo. Necesitamos aldeas limpias, caminos limpios y abiertos. La gente es muy mayor, ya no se limpia como antes, y esto está muy vacío todo".

 

Natalia sufre por el estado actual del "paraíso" y Javier lamenta que el rural "hermoso" se haya fundido a "negro". 

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